Mientras que en Italia Benito Mussolini murió colgado, y en Alemania Adolf Hitler se suicidó para no ser detenido por los soviéticos, en España el dictador Francisco Franco murió en su cama y fue enterrado en un mausoleo construido por los esclavos republicanos, El Valle de los Cídos, que recibe miles de visitas al año de peregrinos fascistas.
Más de cuatro décadas después, Franco sigue siendo un tema de actualidad, ya sea por los manifestantes fascistas, por las organizaciones que exaltan su imagen o porque se le quiera exhumar por estar enterrado en un lugar privilegiado.
En Portugal se inaugurará en abril de 2019, coincidiendo con el 45 aniversario de la Revolución de los Claveles, un museo en recuerdo de los que lucharon contra la dictadura de Salazar; en Grecia tienen el torpedero como símbolo de lucha contra la dictadura y la resistencia a los coroneles; en Albania hay un museo del espionaje en la dictadura de Enver Hoxha; en Camboya el museo del genocidio. Pero en España está el Valle de los Caídos y el 20N como conmemoración de la muerte de José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange, y Francisco Franco.
El historiador británico Paul Preston tacha la dictadura franquista de "anomalía en Europa" en su libro 'The Spanish Holocaust'. El hispanista y biógrafo de Franco cree que no debería mantenerse un "lugar de peregrinaje" para el dictador, pues calcula que más de 250.000 visitantes al año acuden al Valle de los Caídos porque creen que "fue un benefactor para España".
"En Austria y Alemania no se encuentran monumentos a Hitler; ni en Italia, a Mussolini", aunque la tumba del dictador italiano en su ciudad natal, Predappio, sí recibe visitas de algunos seguidores fascistas.
España no evolucionó como el resto de países de Europa
Actualmente en el mausoleo del Valle de los Caídos descansan casi 34.000 fallecidos de ambos bandos, franquistas y republicanos. Franco lo mandó construir a casi 20.000 trabajadores, entre ellos prisioneros políticos y de guerra. El dictador creyó que se tardarían cinco años, pero finalmente fueron 18.
Durante su construcción, en Alemania los generales nazis se enfrentaban a los juicios de Núrenberg, y el régimen nazi se extinguió. En España, los torturadores franquistas siguen hoy en día en libertad por la ley de amnistía y Franco cedió su jefatura del Estado al rey emérito Juan Carlos. El museo del Holocausto de Alemania contra el Valle de los Caídos de España.
España siguió su propio modelo con respecto al resto de países europeos. Nunca se obtuvo una victoria sobre el franquismo, nunca se construyó un gobierno sobre la victoria del fascismo, no formó parte de esa evolución de Europa tras la Segunda Guerra Mundial.
Alrededor de 200.000 republicanos fueron ejecutados durante la Guerra Civil, cifra cuatro veces más alta que la de franquistas asesinados. Además, el historiador Paul Preston calcula que unos 20.000 republicanos más fueron eliminados tras la guerra y otros murieron en prisión o en campos de concentración.
A estas cifras hay que sumarles las de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica, 140.000 cuerpos de víctimas del franquismo que descansan en fosas comunes o no están identificados.
La Fundación Francisco Franco cataloga al dictador como un salvador para España
Y es que la diferencia de tratamiento de Franco con respecto a otros dictadores como Hitler o Mussolini es notable, ya sólo con el hecho de la existencia de la Fundación Francisco Franco que se basa en enaltecer la imagen del fascista. "Puedes comparar a Franco con De Gaulle o Churchill. Puedes compararlo con Napoleón, sin duda. O con Cromwell en Inglaterra, o Kemal Atatürk en Turquía. Con todos aquellos que han preservado la nación de ser destruida", afirma Jaime Alonso, vicepresidente de la fundación, al diario Político.
Actualmente, el Parlamento Europeo pide al Gobierno español que elimine la herencia franquista y que prohíba asociaciones como la Fundación Francisco Franco, que incluso ha recibido dinero público y supone una exaltación del dictador. Con el PP en contra, el Parlamento centra la atención en varias organizaciones, partidos y entidades como causantes de esta imagen de neofascismo.
La Fundación Francisco Franco que sigue vigente en 2018 y la ley de amnistía que permite a torturadores del régimen estar en libertad, contrastan con las medidas tomadas en otros países europeos que han sabido aprender de la historia que han vivido.
