España es el país de la OCDE que peor paga a sus empleados menores de 30 años y la situación está lejos de revertirse. Esa es la conclusión a la que se puede llegar tras echar un vistazo al último informe sobre perspectivas laborales de la OCDE.
A tenor de los datos que aparecen en el documento, la situación de España necesita medidas urgentes de choque: la mitad de los ocupados entre 15 y 29 años cobra lo denominado como 'salarios bajos`, es decir, remuneraciones inferiores a dos tercios del salario mediano del país.
La tasa concreta se fija en un 49%, lo que nos sitúa en el primer puesto del ránking sobre precariedad laboral entre los países del denominado 'primer mundo' y la situación no parece que se revertirá en los próximos meses: el país ha pasado de ostentar el puesto número 19 en 2006 a liderar la tabla (ha subido un total de 16,9 puntos).
Otro de los puntos que más preocupan en el informe es el poco valor que se otorga al personal cualificado en España. Nuestro país es líder en jóvenes con educación superior que sobreviven con salarios insuficientes, lo que sigue favoreciendo la tendencia de la 'fuga de talentos' que se inició con fuerza durante los peores años de la pasada crisis económica. En este sentido, la tasa ha subido 20,8 puntos porcentuales desde el año 2006.
En cuanto a la posición general de jóvenes con sueldos precarios, España se sitúa a la cabeza con el 49%, seguida de Luxemburgo con el 49% (aunque ligeramente inferior en decimales) e Irlanda, con un 48,3%.
Por el contrario, en el caso de los países con menor tasa de jóvenes con sueldos precarios, lidera Chile con un 13%, le sigue Eslovaquia con un 18% y República Checa con un 20,1%.
Una tendencia peor que la media
El ascenso de la precariedad laboral entre los jóvenes españoles se distancia enormemente de la media de los países de la OCDE. Mientras que el conjunto ha aumentado esa tasa en un 0,2 puntos; España lo ha hecho en 16,9.
Esta tasa de aumento vuelve a situar al país ibérico como líder en la tabla, siendo que más aumenta el porcentaje de un total de 15 estados que experimentan una subida. Mientras tanto, nos encontramos muy lejos del resto de 17 países analizados en los que se están corrigiendo esta problemática, como Polonia, que lidera los descensoss en precariedad en 11,8 puntos porcentuales.
El problema español radica en una de sus tradicionales debilidades: la alta tasa de desempleo estructural que se mantiene en nuestro sistema. Según los últimos datos de Eurostat, en febrero se registró una tasa de paro juvenil del 32,4%, lo que sirve para que los salarios bajen debido a la fuerte competencia que se establece en el mercado laboral.
Además, el informe señala que nuestro país ha vivido un descenso progresivo de los salarios y de las clases medias, además de los trabajadores jóvenes que se encuentran desempeñando puestos de salarios altos, una circunstancia que ha descendido un total de 3,4 puntos en la última décadas.
