España ha obtenido sus peores resultados en el Informe PISA, la prueba más importante del mundo que empezó a publicarse en el año 2000. Sin embargo, en cierta forma también ha conseguido el mejor resultado.
Los alumnos españoles de último curso de la ESO han bajado ocho puntos en matemáticas respecto a la edición anterior, en 2018, llegando hasta los 473 puntos. En comprensión lectora han retrocedido tres puntos, hasta los 474, y han subido dos puntos en ciencias, hasta los 485.
Sin embargo, la bajada ha sido de tal calibre que el descenso medio de los países de la OCDE, organización integrada por los países ricos que organizan la prueba, ha sido de 17 puntos en matemáticas, 11 en lectura y 4 en ciencias. Peor aún ha sido al situación en la Unión Europea, con una bajada media de 20, 14 y 6 puntos, respectivamente. Aún así, España nunca se había situado tan cerca del promedio de ambas organizaciones.
A pesar de esto, en cuanto a bienestar emocional, los estudiantes españoles tienen un mayor grado de integración. El 86% del alumnado declara sentir que pertenece a su centro escolar (frente al 75% de la media de la OCDE) y el 78% afirma que hace amigos fácilmente (frente al 76% en la media OCDE). Sin embargo, el 6,5% de los estudiantes españoles declara haber sufrido acoso de forma frecuente (frente al 8,3% de la media en la OCDE).
Bajada española en el Informe PISA
Desde 2015, España ha caído 15 puntos en matemáticas, 22 en lectura y 8 en ciencias. Con respecto a 2012, el descenso ha sido de 11 puntos, 14 en lectura y 11 respectivamente. Los datos no han sido comparados con los de 2018 porque en su momento hubo "anomalías" en las respuestas de lectura que ahora hace también extensibles al resto de asignaturas.
En el informe se habla de que 20 puntos equivale al valor de un curso académico. Aunque la OCDE recomienda no abusar de esta comparación, ya que puede variar entre países, el organismo la utiliza en su análisis de estos datos. Esto quiere decir que la pérdida de aprendizaje equivaldría a tres cuartos de curso escolar en matemáticas y ciencias y a un curso escolar en lectura en relación con los últimos datos estadísticamente comparables.
Cabe destacar que en una muestra de que España tiene un problema con las matemáticas, PISA declara que es el sexto de 41 países miembros de la OCDE donde más "ansiedad" provocan a los estudiantes. La sufren el 37%, más del doble que el promedio de dicha organización. España también es uno de los países donde las chicas la experimentan en mayor medida que los chicos (un 50% más).
La nueva legislación incorpora por primera vez en España una perspectiva socioemocional en la enseñanza de las matemáticas para reducir el problema. Sin embargo, PISA manifiesta que casi todos los países desarrollados afrontan mejor el problema de la ansiedad matemática que España: solo en Italia se la más (39%), mientras que en Portugal solo la siente el 14% de los alumnos, y en Dinamarca, el 12%.
Datos positivos en equidad educativa
Otro de los aspectos que se valora en este informe es la "equidad educativa", que se refiere a la igualdad en los distintos sistemas educativos a partir de los datos recogidos en las pruebas matemáticas que han realizado los alumnos respecto a su nivel socioeconómico. Teniendo en cuenta esto, los países con un mayor grado de equidad educativa son Costa Rica (88 puntos), México (93) y Colombia (98).
En España (120) los datos son inferiores a los de la Unión Europea (132) y la OCDE (128) en el rango intercuartil, por lo que el informe percibe que en nuestro país hay una mayor equidad educativa. En el lado contrario, los países con un rango intercuartil más amplio (menor grado de equidad educativa) son Corea, República Eslovaca y Chipre (todos con 144 puntos), Israel (154) y Países Bajos (163).
El informe señala que estos descensos globales no se deben solo a la pandemia. El estudio no encuentra una relación directa con la duración de los cierres escolares generales adoptados por los países, sobre todo en la primavera de 2020. La conexión entre semanas de cierre y pérdida de aprendizaje de los estudiantes sí se han observado en otras pruebas, como PIRLS, una evaluación internacional centrada en la educación primaria. Esto puede deberse a que la mayor madurez de los jóvenes en secundaria que analiza PISA les permitió aprender mejor de forma autónoma.
Además, en esta edición se ha cambiado el formato de la prueba de matemáticas, haciéndose todavía más competencial, planteamiento que exige a los alumnos un mayor esfuerzo a la hora de razonar y aplicar los conocimientos a la resolución de problemas cercanos a la realidad, lo que puede haber afectado a los alumnos.