El mundo estará a sus pies el próximo 22 de mayo. De eso no cabe duda, pues Blas Cantó sigue subiendo al cielo para bañarse entre nubes y estar más cerca de la luna, literalmente, desde donde su abuela Josefina le cuida. El murciano ha realizado hoy su segundo ensayo individual sobre el escenario del Festival de Eurovisión 2021 en Róterdam con 'Voy a quedarme', y pese a que han habido mejoras y cambios en aspectos como la iluminación y la realización, el concepto plasmado sobre el escenario del Ahoy de Róterdam por el austríaco Marvin Dietmann sigue siendo el mismo. ¿Habrá sorpresas de último minuto? Las expectativas son muchas ante un posible (y reiterado) descalabro eurovisivo.
Para muchos, el conjunto continúa siendo una decepción. Para otros, como la mayoría de hablantes no hispanoparlantes, quizá no tanto, o al menos eso es lo que se puede observar a través de las redes sociales, pues las reacciones no han sido del todo negativas. Un arma de de doble filo, al igual que las casas de apuestas, donde Cantó ocupa actualmente el puesto 38, con mucho menos de uno por ciento de probabilidades de hacerse con el micrófono de cristal.
La prensa especializada y los eurofans no entendieron semejante tinglado, con una luna gigante de siete metros de diámetro (ya utilizada anteriormente por cantantes como Ariana Grande) presidiendo la escena desde el segundo estribillo. Igualmente, y como te contamos desde estas líneas, es de la misma forma oro para la vista. Oro del viejo. Queda impresionante y Blas Cantó lo sabe, el equipo de RTVE también, aunque también son conscientes de que nos espera uno de los últimos lugares de la tabla. A estas alturas, y sin salir tampoco en defensa del ente público, lo cierto es que él ha de prepararse para realizar la actuación de su vida que tanto ha prometido. Lo hará en un ambiente mágico y épico, con la técnica del mapping sobre esta representación en tres dimensiones del satélite terrestre.
Aún está algo lejos de conseguirlo, pero todo llegará con los primeros ensayos generales. Mientras tanto, Cantó y la delegación española han estado trabajando en ciertos cambios que han otorgado matices más emocionantes, íntimos y elegantes a la actuación. Los pases de hoy, en los que Cantó no ha estado del todo afinado (él mismo lo ha aclarado en su cuenta de Instagram) por varios motivos, no han estado marcados por un trasiego constante de ajustes, donde la steady ha estropeado el encuadre en varias ocasiones. Ninguno ha salido redondo, pero ciertamente han servido de prueba de fuego para implementar más primeros planos, una iluminación más íntima y reforzar ese universo propio que Blas erige a su alrededor durante más de minuto y medio, desde el comienzo del tema.
Su mirada es su gran fuerte, se clava, así como su carisma, que nunca le abandona. El número es bello, bonito y, de nuevo, clásicamente poco sorpresivo, a la par que atractivo. Pese a que sabemos que las opciones del artista en la gran noche serán pocas, especialmente por competir contra propuestas tan potentes como la de Barbara Pravi (Francia), Måneskin (Italia), Destiny (Malta), Dadi (Islandia) o Elena Tsagrinou (Chipre), los tres minutos de actuación en los que España le tendrá como embajador musical en Europa, y si todo sale como debe, serán toda una delicia.
¿Lo mejor del número? Sin duda, el plano contrapicado final, donde Cantó, con la luna a sus espaldas, colosalmente resplandeciente, lanza un gesto al cielo, un beso a su abuela tras acabar su actuación. El único momento donde se apreciar ese mensaje que quiere transmitir a Europa. Para todo lo de antes, Dietmann ha necesito tirar de 36 planos de largas transiciones con 24 de las cámaras que se encuentran disponibles en el Ahoy, entre ellas una cámara araña, una cabeza caliente y dos steadycam. "Los principales cambios los hemos realizado en la iluminación para centrar la atención en Blas. Los tonos cálidos del tramo final, la explosión, simbolizan la luz y la esperanza y ayudan a transmitir la historia de la canción", explica el director artístico.
El vestuario de Cantó viene de la mano de Jaime Álvarez, de la firma Mans Concept, que ha elegido un conjunto de pantalón de vestir clásico sin pinzas y camisa negra de satén que él mismo define como una "segunda piel". El diseñador comenta que a pesar de que había elegido un traje completo, con chaqueta incluida, finalmente Cantó lucirá de esta forma para facilitar sus movimientos sobre el escenario, más cómodo.
Saldrá en la primera mitad de la gran final
Blas Cantó se encuentra en plena promoción de su tema eurovisivo en Róterdam, aunque gracias a las tecnologías, le es muy fácil conectar a través de videollamada con todos los rincones del planeta. De hecho, ha llegado a hacer una entrevista con Billboard en las últimas horas. Una de las preguntas que más le están haciendo en los últimos días, y que Los Replicantes pudo también hacer durante el concierto de despedida en el Teatro Monumental de Madrid el pasado 6 de mayo, gira en torno al puesto de salida del que le gustaría partir en la gran final del 22 de mayo.
La respuesta es aún incierta, pero durante la rueda de prensa posterior al ensayo de hoy, él y la jefa de delegación Ana María Bordás se sentaban juntos en la gran mesa de la sala de conferencias del Ahoy para responder a las preguntas de los medios allí presentes y, de esta forma, por fin descubrir en qué mitad del espectáculo le tocará cantar. Para bien o para mal, ya no hay vuelta atrás y el presentador, con micrófono en mano, ha determinado allí mismo y de forma aleatoria, por sorteo, que el de Ricote saldrá en la primera mitad. Algo que muchos temen por salir demasiado pronto y caer en el olvido. Otro cliché eurovisivo más que no lleva a ningún lado.
Cantó puede estar contento, más allá de lo que haga el próximo sábado, pues finalmente dejará su legado eurovisivo sobre un escenario en el que ha soñado estar toda su vida. Antes del gran momento, y de las pruebas que le esperan a lo largo de la semana, el cantante lanzará al mercado una versión acústica de su tema eurovisivo con el británico James Newman el martes de 18 de mayo, fecha que coincide con la primera de las semifinales; le vemos feliz durante sus encuentros con algunos de los representantes de otros países, pues ya ha podido compartir algunos momentos con Stefania (Grecia) o Natalia Gordienko (Moldavia); y ya ha podido visitar alguno de los parajes más emblemáticos de Países Bajos, como los fotografiados molinos de viento de Kinderdijk. Además, el lunes 17 estará sobre el escenario de 'The Dancer', en el prime-time de Radio Televisión Española, para ofrecer la primera actuación de 'Voy a quedarme' en el ente público desde que esta saliera como la elegida para Eurovisión en la gala de selección que tuvo lugar en febrero.
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