Más País, el partido de Íñigo Errejón, aún no ha conformado unas estructuras sólidas, lo que no ha impedido que en el seno de la formación se hayan creado dos familias dispuestas a influir en la línea oficial del partido: apostarlo todo a la unidad de España resignificando los símbolos nacionales en pleno desafío catalán o mantener el discurso más tradicional de la izquierda vinculado a situar el foco en cuestiones sociales y una postura algo ambigua en asuntos territoriales.
De momento, el sector que pide poner el foco en cuestiones sociales es el que va ganando de calle y el que está perfilando el partido como posteriormente comentaremos. Entre ellos se encuentran personalidades como Rita Maestre, Tania Sánchez o Eduardo Rubiño. Con ello, se quiere poner el foco sobre colectivos como feminismos, migrantes o personas LGTBI y, en base a ellos, se han creado las secretarías generales del partido.
Sin embargo, Errejón no se cierra a aquellos que quieren construir una formación basada en una estrategia que no se ha experimentado con fuerza durante el último periodo democrático. Una formación de izquierdas que trabaje por resignificar y convertir en transversales todos los símbolos nacionales. Que no mira con desagrado festividades como la Semana Santa, la bandera de España o la unidad nacional. Que no muestra un rechazo frontal a la aplicación del 155 en Cataluña. Y que critica el "regalo" de la bandera o la mítica de personajes como Blas de Lezo a la derecha, sin que sean reivindicados desde la izquierda. "Primero el país, primero España y después las siglas", aseguró Errejón durante la asamblea en la que presentó su candidatura nacional.
Esto se conjuga con derechos sociales, apoyo a migrantes, feminismo, LGTBI y diversos colectivos. En definitiva: construir una izquierda similar a la de Jean-Luc Mélenchon en Francia, que adopte todo símbolo nacional como propio enmarcándolo también como parte de la izquierda. Uno de sus firmes defensores es Guillermo López, que trabajó en la campaña de Errejón para Madrid durante el 26-M y que generó todo tipo de comentarios por el siguiente tuit (luego hablaremos más sobre él).
Por esa España grande,con la que Durruti soñópor la que luchó La NueveY luchamos nosotros hoy! pic.twitter.com/maKh65Mglw
— Guillermo López (@guillermolrbdl) September 22, 2019
Errejón hace guiños a esta vertiente en varias ocasiones. Por ejemplo, cuando dio a entender que exhibiría la bandera española en algunos de sus mitines para la Asamblea de Madrid porque, precisamente, envidiaba cómo se exhibía la enseña gala en los mitines de toda la izquierda. También cuando habla del concepto de "familia", pero no entendido desde la tradición religiosa de la derecha sino desde la diversidad de conjuntos de proyectos vitales (ya sean monoparentales, homoparentales, etc) como vínculo social para construir un futuro.
Vamos a defender la familia. Combatiendo la precariedad y los alquileres desorbitados. Apostando por la educación pública y las escuelas gratuitas de 0 a 3 años. Sabiendo que hay muchos tipos de familias y que hay que estar con todas ellas. Con @ierrejon y @maspais_es. pic.twitter.com/DJTygYeZG8
— El Observatorio (@ElObservatorioC) September 26, 2019
Es cierto que el tratamiento del asunto catalán ha sido la perdición de Podemos, como vislumbran muchas personas, pero las reticencias a la hora de ofrecer una imagen vinculada a la derecha pesan en un país que aún pervive con el recuerdo del franquismo y que no siente como suyos sus propios símbolos.
De hecho, los debates en el seno de la formación han sido constantes, una cuestión en la que se barajó la posibilidad de presentar un Más España que quedó descartado por dos motivos: no gustaba a un sector del partido y, sobre todo, ya estaba registrado por José Antonio Monago (PP) como lema para su candidatura a la presidencia de la Junta de Extremadura.
Una España plurinacional representada en el 15-M
La propuesta de construir un espacio de izquierdas que defienda un concepto territorial y una simbología transversales lo ha defendido especialmente Guillermo López, miembro de Más País que participó en la campaña de Errejón a la Asamblea y que actualmernte escribe en la revista de referencia del partido, La Trivial.
En un artículo publicado en la web Cuartopoder, López defiende junto a Antxon Arizaleta (ambos miembros de El Observatorio, una agencia de comunicación vinculada a Más País) la necesidad de reivindicar una España como país plurinacional y cuya cultura política actual emana principalmente del 15-M antes que de la era de la Transición.
Ese abandono de un concepto para España y de la "transversalidad", del que ambos hablan en su artículo, habrían derivado en que "el llamado bloque del cambio se redujo notablemente en todo el país".
Este es, precisamente, el mismo diagnóstico que llevó a personas como Carolina Bescansa o Luis Alegre a abandonar la cúpula de Podemos en plena crisis en Cataluña. Bescansa no dudó en asegurar ante los micrófonos que lamentaba que su partido "hablase más a los independentistas que a España".
La idea de este sector de Más País es conjugar un partido transversal, más cercano al centro sin abandonar la izquierda, que no rechace cierto combate al nacionalismo catalán, que pueda morder a todos los partidos y que, de paso, pueda ejercer como tapón frente a VOX en cuestión de indignación política (que no ideologica).
El sector díscolo y técnico: un Ciudadanos de izquierdas
Fuera de este foco, dentro de Más País surge también una grieta como contraprestación del apoyo de Manuela Carmena para las elecciones generales. Se trata de la llegada de dos personas especialmente afines a la exalcaldesa de Madrid: quien fue mano derecha de la exregidora durante 30 años, Marta Higueras y su sobrino político, Luis Cueto.
Higueras será la número dos del partido a pesar de la mala relación con Íñigo Errejón, lo que releva a Inés Sabanés al tercer puesto (ella fue la principal defensora de integrar Equo en Más País a pesar de las desavenencias de su ya exlíder, Jun López de Uralde).
Marta Higueras ya fue designada como sucesora por Manuela Carmena (que llegó a plantearla como candidata en caso de que ella renunciara), aunque Rita Maestre ha cogido la delantera hasta convertirse en la cara mediática del grupo. Ahora, tras el abandono de Higueras, ella presidirá el grupo municipal.
El papel de Higueras y Cueto es especialmente polémico dentro de las filas de Más País, puesto que ambos fueron señalados como "los contactos de Carmena con el Ibex" por los sectores díscolos que terminaron enfrentándose a ella en las pasadas elecciones municipales. Entre los procedimientos que se les critica, se encuentra la aprobación de la Operación Chamartín o el cierre de un acuerdo con la Fundación Cotec, de la que son patronos varias empresas del Ibex.
Ambos tienen un perfil mucho más técnico que ideológico y mantienen un cariz especialmente pragmático que no gustará en el votante más movilizado. Sin embargo, con ellos llega la asistencia de Manuela Carmena a los mítines y, como bien saben en el partido, el tirón de la exalcaldesa es mucho mayor que el de Errejón (de hecho, querían presentarla como candidata).
El papel de Tania Sánchez
A pesar de todo, como hemos comentado, el sector más vinculado a la izquierda se está imponiendo con contundencia. En ello depende el propio Íñigo Errejón y, también, Tania Sánchez.
La exdiputada de Podemos se ha sumado a Más País y, actualmente, se está dedicando a mantener un perfil con baja proyección mediática pero muy enfocado en la propia construcción del partido.
Sánchez está realizando auténticas labores de fontanería política, dedicada a construir el armazón del futuro partido a nivel nacional a base de coaliciones como las firmadas con Compromís o la Chunta Aragonesista.
A la postre, el trabajo de Tania Sánchez supone el aval de Errejón a la tesis situadas más a la izquierda de un partido que quiere acoger muchas sensibilidades en su interior.
El papel de Errejón parece muy complicado en plena inestabilidad política y con unas estructuras aún muy débiles para su partido. Aunque quien fue número dos de Podemos ya tiene experiencia en ello: dice que no quiere cometer los errores que volaron la formación morada cuando se vio obligada a crecer demasiado rápido. Ese puede terminar convirtiéndose, quizás, en su principal aval de cara a los próximos años.