Detrás de esos cuerpos que pretenden cumplir el exigente canon que se impone a las mujeres, hay anorexia, bulimia, o simplemente 3 minutos de edición: los conocidos como retoques de Photoshop. La presión conlleva a trastornos alimenticios y enfermedades como la depresión o la ansiedad. Así lo ha contado una de las modelos con más apoyo en las redes sociales, Anna Rhodas.
"Estas imágenes son con iluminación profesional, mucho bronceado falso, toneladas de maquillaje, buenas poses y un físico que se veía así desde una dieta extrema", desvela Rhodas en un mensaje que ha publicado en su cuenta de Instagram junto con una fotografía en la que se muestra a ella misma en una instantánea sin ningún tipo de retoque.
"Estas fotos no representan lo que era en la vida real, la baja grasa corporal, que tenía una apariencia demacrada y agotada. Pesaba 44 kilos y me volvía loca si superaba los 45. Ahora, peso 58", ha comentado Rhodas, que ha admitido sufrir en aquella época "un trastorno alimenticio".
"Quiero ser tan delgado como tú"
Anna cambió de versión cuando recibió un mensaje de uno de sus seguidores que le hizo reflexionar sobre lo que estaba promocionando: "quiero ser tan delgado como en tu sesión de fotos". El comentario de este seguidor detonó que Anna se sintiera culpable e incómoda sobre lo que inculcaba.
Por ello, ahora, que está organizando una sesión, quiere obtener unas fotos con un aspecto más saludable. "Quiero inspirar a otros a sentirse bien, mental y físicamente. Este es el sueño que quiero vender", ha declarado.
Por ello, cada vez que veas una foto de una modelo "delgada y guapa", reflexiona sobre el sufrimiento y la poca salud que hay detrás. Y, sobre todo, que quizás estás sintiendo envidia por alguien que, seguramente, sea irreal.