Las épocas de crisis son el cultivo perfecto para que aparezcan actitudes xenófobas. No es la primera vez que una cultura del odio se instaura en una sociedad a causa de una crisis económica, y ¿hacia donde nos lleva? Nos dirige hacia el odio irracional. Pensamos que nosotros no somos así, que no caermos en esa esperial, que tenemos la mente fría, pero como dijo Hannah Arendt, el mal es banal, y el machaque de las camapañas de discriminación es tal, que un sector de la sociedad siempre acaba sucumbiendo a estas. Cuenta una mentira mil veces y se hará verdad, esa es la realidad. En esta materia la prensa tiene mucho que ver. Los medios de comunicación son el cuarto poder, son la vía que conecta al mundo con el pueblo, son el vehículo de la democracia. Esa es su función ideal, y hasta aquí todo va bien, pero el problema comienza cuando un medio se hace eco de algo que o es una deformación de la realidad, o directamente falso. Un medio, y otro y otro... Y si la fuente de información que hemos leído durante décadas nos cuenta algo, tendrá que ser verdad, ¿o no?
Desde que el referémdum diese el sí al Brexit, son varias las personas que han encontrado una legitimación para mostrar una superioridad racial. Los medios, lejos de paliar el ambiente, lo han seguido caldeando, instaurando en los votantes el miedo, y como se necesita encontrar un chivo expiatrorio para ocultar la ineptitud de nuestros gobiernos, han utilizado aquello que es diferente, aquello que siempre nos ha dado miedo. Los extranjeros vuelven a estar en el punto de mira y tres diarios británicos, Daily Mail, The Sun y Express han iniciado su campaña de acoso y derribo contra estos.
Fruto de luchar contra este clima de crispación nace la campaña Stop Funding Hate, con la intención de "saboterar" a estos medios. El objetivo es frenar las fuentes de financiación de estos, es decir, la publicidad. Avisan a las empresas de que si siguen publicitandose en ellos y con ello engrosando sus ingresos, se verán obligados a no consumuir más sus productos y/o servios.
Denuncian la colaboración de Lego con estos medios
El último en denunciar ha sido el padre de un niño de 6 años, que ha querido avisar a Lego de que si continúa regalando productos en el Daily Mail tendrá que pedir a su hijo que abandone su juego favorito. Antes de tener que privar al pequeño de su pasatiempo, suplica a la empresa que no tome parte con alguien que utiliza la inclinación sexual de una persona para descalificar su trabajo. Y es que la última portada del Daily Mail no ha pasado inadvertida. En ella se podía ver como ridiculizaba a los tres jueces que han paralizado el Brexit, utilizando para atacar a uno de ellos su homosexualidad.
Bob Jones escribía así un post en su cuenta de Facebook para contactar con la empresa y hacerles saber que se había unido a la campaña Stop Funding Hate. "Querido Lego, a mi hijo de seis años le encantan vuestros juguetes, heredó toda mi colección", así comenzaba su publicación.
Estoy preocupado, ya que hace un par de años has hecho regalos gratis junto con el Daily Mail (...) Él los ama, pero yo no puedo hacerlo, porque últimamente sus titulares han ido más allá de ofrecer una opinión a la derecha. Titulares que crean desconfianza hacia los extranjeros, culpan a los inmigrantes de todo, y ahora critican a un juez del Reino Unido por ser gay mientras hace una sentencia judicial
Me molesta que una gran empresa progresista como Lego apoye esta 'noticia', ayudando a aumentar su circulación (...) Lego, para mí siempre ha sido un producto integrador. Rompiendo barreras entre el género, la construcción de la imaginación de los niños y la confianza para hacer sus propias cosas
Me siento como una mierda al decirle a mi hijo que no puedo comprarle el kit que viene con el periódico porque la hoja donde se adjunta no dice mas que mentiras (...) Incluso con seis años de edad entiende que lo que se imprime está mal
La respuesta de Lego
La publicación ha tenido un gran éxito en las redes sociales, con casi 25.000 reacciones. Sin embargo la reacción más esperada era la de Lego, que utilizó la misma vía para contestar que su colaboración el diario había terminado y que en un futuro próximo no tiene planeado más trabajos juntos.
A pesar de ser una victoria, no deja de ser una victoria a medias ya que la empresa se limita a comunicar que su colaboración ha finalizado, lo que podemos suponer que puede ser por el fin de un contrato. Además, no expresan su opinión, ya sea en favor o en contra del fenómeno, y se limitan a señalar que utilizan los medios de comunicación con el fin de llegar a todos los niños. El problema, como señala Bob, es que ese medio utiliza su dinero para llevar sus mensajes racistas a todo el mundo.