La crisis del coronavirus ha dejado el Senado paralizado. En la actualidad hay 222 senadores que continuan en activo, aunque solo para cobrar su salario, porque permanecen confinados sin trabajar. De manera paralela, el Gobierno está encontrando dificultades para adquirir el material necesario para combatir esta pandemia, con un gasto que ya supera el medio millón de euros.
Con este panorama, está surgiendo una petición que se está viralizando en redes sociales: la realización de un ERTE en el Senado con el que se podrían comprar, de manera prácticamente inmediata, hasta 170.000 respiradores (ahora, uno de los criterios de selección de pacientes en las UCI) o 675.000 mascarillas.
Uno de sus firmes defensores es el profesor de la Universidad Carlos III de Madrid Fernando García Romanillos. Según ha escrito en su blog privado, "de este tránsito (los ERTE) se van a librar, con alto coste personal, quienes se ocupan de nuestra salud y nuestra seguridad y los responsables del funcionamiento del Estado [...] Entre estos últimos hay un puñado de políticos que han cesado en su actividad, pero sin temor para su horizonte laboral. Son de los que casi nunca se habla, tal es su inanidad, pero siguen devengando buenos emolumentos: los senadores".
La cámara tiene un total de 264 miembros, junto a un escaño que se encuentra sin cubrir. Sin embargo, la actual situación de parálisis ha llevado a que tan solo funcione la denominada Mesa y Diputación Permanente, compuesta por 42 miembros. El resto, 222 senadores, se encuentran actualmente en su casa sin ejercer ningún tipo de trabajo. Por ello, cobran un sueldo base de 3.056,66 euros al mes, que pueden aumentar en complementos e indemnizaciones hasta los 1.958,02 euros para aquellos que no son de Madrid.
Un mínimo de 170.000 respiradores y 675.000 mascarillas
Teniendo en cuenta todo este dinero que están percibiendo los senadores, García Romanillos considera que se podrían adquirir hasta 170.000 equipos de respiración, con máscara, nebulizador y tubo de conexión; o 675.000 mascarillas del tipo FFFP2, que emplean actualmente los profesionales sanitarios, en uno de los países con mayor porcentaje de médicos infectados por la falta de material.
Este cálculo es a la baja. El motivo: García Romanillos calcula los precios de mercado en minorista y no los que se pueden manejar dentro de la compra de grandes lotes. Además, no incluye en sus cuentas las subvenciones que reciben todos los grupos parlamentarios, actualmente sin trabajo y que supera holgadamente el medio millón de euros.
Con este dinero también se podrían adquirir los test PCR para diagnosticar el coronavirus, entre otras partidas fundamentales. El único resquicio: la Administración Pública no contempla los ERTE, por lo que todo quedaría a la buena disposición de cada partido político (y sus miembros) a la hora de donar todo este dinero que ahora perciben, sin realizar ningún trabajo, para el bien común.
