Realizarse mamografías de forma regular es uno de los métodos más efectivos para prevenir el cáncer de mama, una de las enfermedades más mortales en el caso de la población femenina. La normativa sanitaria invita a todas las mujeres, de entre cincuenta y setenta años, a realizar esta prueba cada tres años para evitar cualquier posible complicación. Es precisamente a partir de esa edad cuando la probabilidad de contraer cáncer de mama aumenta, a pesar de que el riesgo existe en casi cualquier edad.
Las pruebas se recomiendan a nivel gubernamental y deben cumplirse para garantizar un estado de salud lo más óptimo posible. Sin embargo, hay ocasiones en las que el propio Gobierno falla. Eso es lo que ha sucedido en el caso del Sistema Nacional de Salud en Inglaterra. Debido a un fallo informático, casi medio millón de mujeres se vieron privadas de una mamografía entre los años 2009 y 2018. El ministro de Sanidad del país, Jeremy Hunt, ha pedido disculpas públicamente, explicando que este hecho "podría haber acortado la vida de entre 135 y 270 mujeres".
El responsable pide disculpas
Jeremy Hunt ha pedido "sinceras disculpas, sin reservas", y promete hacer una "revisión independiente" en la Sanidad pública de Inglaterra. Y es que pese a que la normativa indica que las mujeres en la franja de riesgo deben recibir una carta cada tres años, invitándolas a realizarse una revisión totalmente gratuita, el fallo informático hizo que más de 450.000 mujeres no recibieran la citación.
De estas 450.000 mujeres, 150.000 han muerto a día de hoy; se calcula que entre 135 y 270 podrían haberlo hecho de cáncer de mama, ya que no se ha garantizado su prevención. El resto tiene ya más de setenta años; respecto a estas, Hunt ha señalado que las menores de setenta y cinco podrán someterse a una mamografía, y que serán contactadas antes de que finalice mayo.
El fallo informático se detectó en enero y se procedió a hacer una evaluación clínica. El Departamento de Sanidad insistió en que la situación "no debería hacerse pública", porque "las autoridades sanitarias pensaron que el impacto en los pacientes había sido limitado". Pese a todo, finalmente han decidido hacerlo público para admitir su error y poder subsanarlo de la mejor forma posible.