Biden ha anunciado que enviaría bombas de racimo a Ucrania de forma temporal mientras Estados Unidos produce más proyectiles de artillería de 155 milímetros. El presidente ha explicado que la decisión ha sido consultada con los aliados y socios de Estados Unidos, quienes entendieron los motivos.
Por su parte, el expresidente Donald Trump ha dicho que Biden "debería estar tratando de poner fin a la guerra". Por ello, le ha recriminado haber mandado munición de racimo a Ucrania porque, según él, es una medida que puede provocar una Tercera Guerra Mundial.
Cabe señalar que el pasado martes 11 de julio, el ministro de Defensa ruso Sergei Shoku nombró la posibilidad de que Rusia empiece a utilizar este tipo de armamento como respuesta a una utilización del mismo por parte de Kiev.
Trump ha exigido a Biden que disminuya las tensiones con Rusia y más en un momento en el que el actual presidente ha admitido que Washington se está quedando sin los proyectiles de artillería de 155 milímetros que le suministra a Kiev. El líder demócrata ha justificado su decisión porque "los ucranianos se están quedando sin munición".
El expresidente ha defendido que la "política de guerra sin fin de Biden en Ucrania ha debilitado enormemente a Estados Unidos" con la "humillante admisión" de que el país "se ha quedado sin municiones", algo que sin duda "hace salivar a nuestros enemigos". El republicano ha afirmado que "debemos detener esta locura, poner fin de inmediato al derramamiento de sangre en Ucrania y volver a centrarnos en los intereses vitales de Estados Unidos".
Los peligros de las bombas de racimo
Este tipo de bombas son armas que se abren en el aire dispersando municiones que se extienden en un área amplia, para destruir varios terrenos al mismo tiempo. Pueden ser arrojadas por aviones, artillería y misiles.
El uso en sí de estas bombas no supone una violación de las leyes internacionales, pero usarlas contra civiles sí que puede serlo. Existe una convención para prohibir el uso de este tipo de explosivos firmada por más de 120 países, pero entre estos países no se encuentran Rusia, Ucrania ni Estados Unidos.
Donald Trump ha advertido también sobre el peligro que suponen las bombas de racimo sin explotar, que "matarán y mutilarán a hombres, mujeres y niños ucranianos inocentes durante las próximas décadas, mucho después de que la guerra haya terminado".
A pesar de esto, los ucranianos están a favor de la decisión de Biden, ya que consideran que esto debilitará la resistencia rusa en la actual contraofensiva y que salvar vidas compensa el resto de riesgos.