Al menos 30 muertos, varias decenas de heridos y más de 60 desaparecidos en sólo cinco días. Ese es el resultado del estallido social que vive Nicaragua tras la aprobación del 'Paquetazo de reformas'. La medida que ha aplicado el Ejecutivo de Managua contempla todo un recorte en derechos sociales similar a las peores épocas de la crisis en Grecia. La respuesta de las Fuerzas de Seguridad, que han ejercido una dura represión contra los manifestantes, ha desarrollado toda una crisis política de difícil solución.
"No conseguirán callarnos", recalca con evidente indignación Álvaro Navarro, director del medio opositor Artículo 66 que, en declaraciones a Los Replicantes, nos ha ayudado a conocer este estallido social de primera mano y la represión que sufre su diario por parte de las autoridades. Aquí podéis conocer todo lo que sucede en Nicaragua de primera mano:
"Recuerda a los peores años de la dictadura"
La respuesta que están desarrollando las autoridades recuerda, en palabras de Navarro, a los peores años de la dictadura de 40 años liderada por el general Somoza: "estamos viendo cómo el Gobierno vuelve a matar gente", relata. La muerte del periodista Ávaro Gahona, en mitad de una retransmisión en streaming, ha puesto en serio peligro a todos aquellos redactores que trabajan para los medios críticos al Gobierno.
Las imágenes que los nicaragüenses están grabando y difundiendo en redes sociales evidencian una situación de gran tensión y violencia. Según Navarro, la indignación de los recortes sociales ejecutados en el conocido como 'paquetazo de reformas' han sido la gota que ha colmado el vaso en todo un caldo de cultivo inundado de corrupción y abusos políticos. Cabe recalcar que, en mitad de los recortes, el Ejecutivo sandinista mantiene exentos de impuestos la venta de yates de lujo o helicópteros.
"La oposición, algunos periodistas, funcionarios... Daniel Ortega controla todo", afirma el periodista. El principal partido de la oposición, el Partido Liberal-Conservador, se encuentra plegado al gobierno, afirma, y denuncia que algunas formaciones políticas se han dedicado a 'reclutar' a personas ya fallecidas con el fin de debilitar a sus propios partidos. Es decir, considera que no existe ninguna oposición real en el Parlamento. Mientras tanto, los observadores internacionales continúan vigilando los movimientos del Ejecutivo en todo un caldo de cultivo que puede terminar, tal y como reconoce Navarro, con consecuencias imprevisibles.