Siempre abierta al diálogo y sin pelos en la lengua. Así es la nueva directora del Instituto de la Mujer, Beatriz Gimeno. Ex presidenta de la Federación Española de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), exdiputada de la Asamblea de Madrid y responsable del área de Igualdad de Podemos, son algunos de los cargos que ha ocupado esta madrileña referente en nuestro país en lo que se refiere a pensamiento feminista. Coincidiendo con el 8 de marzo, celebración del Día Internacional, hablamos con esta histórica activista sobre la actualidad del movimiento feminista, sus retos y educación.
¿Cuáles son sus mayores retos al frente del Instituto de la Mujer?
Me gustaría que cuando me vaya de aquí haber conseguido que el Instituto de la Mujer sea una referencia cultural dentro del feminismo. Así, resumiendo, me gustaría haber conseguido que la gente sintiera que, por decirlo de manera muy simple, el Instituto ha regresado a un papel que tenía y dejó de tener.
¿Y los retos para el feminismo en este 2020?
El feminismo tiene grandes retos que no son de un año para otro, ni de una legislatura. O sea, los grandes retos del feminismo son seguir profundizando en un cambio cultural que nos acerque a la igualdad y eso incluye muchísimas modificaciones legislativas. Pero no solo. Yo creo que el reto del feminismo es no retroceder, es seguir avanzando. Pensar y conseguir encontrar una manera de avanzar y de no detenernos, porque de alguna manera, en un tiempo de reacción como este, detenernos es retroceder.
El reto del feminismo es no retroceder, es seguir avanzando
¿Cómo diría que ha cambiado el feminismo y la compromiso de las mujeres en el movimiento?
Bueno, ha cambiado porque se ha llenado de jóvenes. Después de un tiempo en el que no había tantas jóvenes y parecía que estábamos la gente que estuvo en los 70 y 80, claro que había jóvenes pero no era tan masivamente. Las jóvenes siempre traen otras preocupaciones. Cuando se renueva un movimiento, aparecen nuevas preocupaciones, nuevos lenguajes, esto es normal, y por tanto se renuevan los debates, aunque otros permanezca. Ante todo, lo más importante es cierta unidad. El feminismo ha identificado lo que significa la desigualdad estructural, que las políticas neoliberales son enemigas de las mujeres y que, por tanto, hay que revertirlas. La segunda cosa sería haber sido capaces también de identificar y de visibilizar las violencias sexuales cotidianas que padecemos.
Las políticas neoliberales son enemigas de las mujeres
¿Cuál cree que ha sido el punto de inflexión para que el 8M se haya convertido en un movimiento tan multitudinario?
Creo que ha habido dos. A nivel mundial el movimiento #MeToo, y más a nivel español, el caso de 'La Manada'. Creo que estos han sido los dos puntos de inflexión que más han afectado.
¿Para usted cuál es el papel de los hombres en el 8M y la lucha feminista?
Yo creo que los hombres tienen que hacer muchas cosas. Dice Octavio Salazar que hay que abolir la masculinidad hegemónica o tradicional. Yo también lo creo. Esa masculinidad no está muy preparada para la igualdad. Por tanto, hay que encontrar nuevas formas de nuevas masculinidades que sean, no sólo compatibles con la igualdad, sino que reciban con alegría la igualdad con las mujeres y eso no es una tarea sencilla. Los hombres tienen que buscarlas, tienen que encontrarlas. Tienen que reforzarlas. Y no es fácil porque la masculinidad en la que son educados no es nada compatible con la igualdad con las mujeres. Tienen que mirarse a sí mismos, hablar con las mujeres, hablar entre ellos y, a partir de ahí, propiciar los cambios que se necesiten.
Entonces, ¿la igualdad solo se conseguirá con nuevas masculinidades?
La verdad que sí. Almudena Hernando dice que hasta que no cambie la subjetividad masculina no habrá igualdad. Yo creo que a veces la gente se enfada cuando digo esto, como si yo estuviera diciendo que el feminismo tiene que dedicarse a cambiar a los hombres. No, el feminismo no tiene que dedicarse a cambiar a los hombres porque, entre otras cosas, los hombres cambiarán o no por sí mismos. Pero es verdad que es difícil imaginar la igualdad si no cambian, aunque tienen que hacerlo por sí mismos, porque quieran hacerlo, porque trabajan en ello o que les cambiemos puesto que cambiemos el mundo.
Hay sectores del feminismo que excluyen a las mujeres trans, ¿se puede denominar feminismo al feminismo tránsfobo?
A mí no me gusta decir feminismo tránsfobo, porque aunque a veces se me pueda escapar, creo que no es exactamente ajustado. Creo que sí hay transfobia, porque la transfobia, como cualquier prejuicio, cuando hay un colectivo desconocido, que es extraño, que rompe muchos esquemas mentales pues se producen prejuicios. Pero también creo que hay también dudas legítimas dentro del feminismo. También lo he dicho siempre que hay personas feministas que respecto a algunas cuestiones expresan dudas legítimas. Yo sí que creo que hay dudas legítimas, que hay que escuchar, que hay que ver cómo se atienden, pero sí creo que el feminismo es inclusivo, no puede basarse en la exclusión de nadie y además tiene que estar siempre dispuesto a defender los derechos humanos de todas y de todos. El feminismo, es una teoría de emancipación y no hay teoría de emancipación que pueda negar los derechos de nadie.
El feminismo es inclusivo, no puede basarse en la exclusión de nadie
En tiempos del veto parental y opiniones polarizadas sobre la violencia de género y sexual ¿cómo podría ayudar la educación?
Creo que la educación tiene un papel fundamental aunque la educación debería ser coeducación. Creo que es una pena y una vergüenza que España esté a la cola en coeducación, en educación afectivo sexual, en educación, en igualdad. Es una pena que no hayamos sido capaces en todos estos años de democracia de equipararnos a países democráticos que llevan décadas ofreciendo educación afectivo sexual y en igualdad. Es una pena y un lastre que tenemos en esta democracia, porque no puede haber democracia sin feminismo, sin igualdad. La educación no va a conseguir eso por sí sola, pero sí que tiene un papel clave.
Una educación afectivo sexual y en igualdad tendría que hablar de todas estas cosas porque obviamente son cuestiones que afectan a la igualdad. Una educación que además sea ética, que considere que los hombres y las mujeres no son sólo un medio, sino que son un fin en sí mismos, que todas las personas no se pueden comprar y vender. Eso está relacionado con el feminismo, con la igualdad y tiene que ver con una ética de ciudadanía basada en los derechos humanos.
No puede haber democracia sin feminismo, sin igualdad
Vivimos un tiempo en el que los jóvenes se educan básicamente a través del porno ¿Cómo se debería plantear la educación sexual?
Es terrible porque cuando hablamos de que no hay educación afectivo sexual, en realidad sí que la hay y es el porno. Los niños están siendo educados una determinada manera de ver, de entender y de pensar en la sexualidad, que es el porno y el porno hegemónico, que es profundamente sexista. Y no solo sexista si no también se trata de una sexualidad alienada, falta absoluta de empatía y además de desigual.
Una educación afectivo sexual en condiciones tendría que hablar de porno a los adolescentes. Evidentemente hay edades para hablarles de porno, para decirles que eso no es, que así no se hace, que es falso, una película y además explicarles dónde está el problema. Es un disparate desde el punto de vista de la igualdad, del propio placer y la libertad femeninas.
Continuando con el tema de la sexualidad, el boom de juguetes eróticos como el Satisfyer ¿Son una forma de auto conocerse y empoderarse o hemos caído en el engaño del consumismo?
Yo soy más de la opinión de que nos hemos empoderado, pero lo que pasa es que cualquier cosa en el capitalismo acaba mediada por el consumo. Pero la crítica al consumo y a la mercantilización de todo, en este caso del placer de la sexualidad, no tiene que ocultar la parte positiva que es que se ha visibilizado que las mujeres nos masturbamos y tenemos orgasmos. Aunque sea raro de decir porque parezca evidente, no debe serlo tanto cuando nos cuesta tanto hablar de ello, y, por tanto, yo creo que esa es una parte positiva.
Hace poco se prohibieron en Navarra unas jornadas científicas para hablar sobre la brecha orgásmica. Alguien las prohibió pensando que aquello era como una cosa horrorosa. La brecha orgásmica solo es la diferencia entre los orgasmos que tienen los hombres, la facilidad con que los tienen y la dificultad que tenemos muchas veces las mujeres para conseguirlos. Así que todo lo que sea visibilizar, en este caso el placer femenino, a mí me va a parecer bien
En lo que va de año, ya van 14 fallecidas víctimas de la violencia machista ¿Qué es lo que pueden hacer las instituciones?
No es solo una cosa, son muchas, pero sobre todo aplicar el Pacto de Estado contra la Violencia de Género porque hay muchísimas medidas que muchas que son necesarias. Entender que el Pacto de Estado, igual que ocurrió con la Ley Integral contra la Violencia de Género, no solo son medidas punitivas, que también, o de resarcimiento. Hay una parte que tiene que ver con la educación y la prevención y que se tienen que aplicar. Ocurrió con la Ley contra la Violencia que se aplicó la parte punitiva, la parte de contar a las víctimas, el agravante de violencia machista, en fin, muchas cosas se aplicaron, pero la parte educativa, la de prevención mucho menos.
Contra la violencia machista hay que aplicar la parte punitiva, pero también la educativa, la de prevención
Por lo tanto, yo creo que hay que aplicar el pacto en su totalidad para empezar y, desde luego, la educación tiene mucho que ver. Pero la educación no solo se recibe en la escuela, se recibe a través de los medios, en la calle, la publicidad... Hay muchas cuestiones que hay que abordar. También es importante acompañar a las víctimas, que las mujeres que denuncien se sientan siempre acompañadas. Las instituciones del Estado tienen que trabajar para ponerse al servicio de las mujeres, que denuncien las que no lo hacen y que las acompañen, que no las dejen solas.
¿Qué va a hacer el 8M?
En principio ir a la manifestación. Yo voy ir a la manifestación como todos los años y además de ser una jornada reivindicativa, es una jornada en la que creo que es importante sentirnos unidas, ser muchas y darnos cuenta de la fuerza que tenemos.