Tras la aprobación el pasado 13 de septiembre de la exhumación de los restos de Francisco Franco del Valle de los Caídos, los familiares del dictador presentaron un escrito de alegaciones ante el Ministerio de Justicia en el que explicaban que su cuerpo fuera enterrado de nuevo en la cripta de la catedral de La Almudena, en pleno centro de Madrid. Es decir, convertir uno de los lugares más turísticos de la capital en un sitio de referencia y peregrinación de franquistas y ultraderechistas.
Sin embargo, si esto se llevara a cabo, irían contra las normas de la Iglesia. La determinación de inhumar al dictador en dicha cripta constituye una violación al reglamento fijado por El Vaticano en torno a las santas sepulturas en templos católicos. Así, la Santa Sede fija que allí solo pueden enterrarse Papas o cardenales. La normativa vaticana estableció en 1983 que "no deben enterrarse cadáveres en las Iglesias, a no ser que se trate del Romano Pontífice, de sus propios cardenales u obispos diocesano, incluso eméritos". Esto aparece en el canon 1242 del Código de Derecho Canónico, en el apartado dedicado a los "templos y lugares sagrados".
Pese a esto, el traslado de los restos de Franco tiene el apoyo y, por tanto, la aprobación del Arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, quien afirmó y defendió que, volvamos a recordar que se trata de un dictador, estaba "bautizado y era cristiano" y, por ello podría mantenerse dentro del ámbito de la Iglesia.
Pero no sería el primero de la familia que es enterrado allí, ya que en la cripta se encuentra "un panteón de la familia Franco". Carmen Franco Polo, su hija, se encuentra enterrada allí junto a su marido, Cristóbal Martínez-Bordiú. Sin embargo, aunque esto fue anunciado por la Fundación Nacional Francisco Franco a finales de diciembre de 2017, no provocó ninguna reacción eclesiástica y, por desgracia, de ningún otro tipo. Ya sabemos, a veces, de qué pata se cojea.
Llevarían también a Carmen Polo
Carmen Polo, quien fue esposa de Francisco Franco, se encuentra desde 1988 en el cementerio del Pardo, pero llamado también de Mingorrubio. Se trataría de un sitio más apartado y con menos carga política y religiosa, pero que al parecer, no les resulta digno de su antecesor.
Según han explicado los nietos del dictador, al lado de los cuerpos de los marqueses de Villaverde en la cripta de La Almudena hay dos tumbas más que se encuentran vacías. En una de ellas quieren que yazca el cuerpo de su abuelo, pero seguiría quedando una libre. Ante esto querrían que los restos de su abuela, Carmen Polo, fueran también trasladados allí. Por pedir que no quede, claro.
