En las formaciones kársticas subterráneas de Bosnia-Herzegovina, Croacia y sobre todo Eslovenia, habita esta peculiar especie de salamandra albina, llamada proteo u olm, pero cuyos ejemplares son conocidos en la zona como 'peces humanos' o incluso pequeños dragones. Sin embargo, uno de estos ejemplares ha salido de paseo y ha dejado sus huevos -algo que solo ocurre cada diez años- en una zona bastante inusual, despertando la expectación de investigados. No, no ha llegado Daenerys Targaryen a Occidente para tomar los Balcanes: todo tiene una explicación.
1 Leyendas de dragones
La tradición cultural de Eslovenia se ha visto ligada a este urodelo desde hace siglos, cuando los habitantes los consideraban dragones bebés al aflorar sus larvas a la superficie con las inundaciones estacionales. Les llamaban también 'peces humanos' por su aspecto pálido. Su relación con Eslovenia es tan estrecha que su silueta draconiana llegó a estar presente en la moneda nacional antes de la llegada del euro al país en 2007.
El proteo es el único animal vertebrado que habita las cuevas subterráneas de la zona e incluso en la adultez mantiene este aspecto. Su desarrollo carece de metamorfosis y conserva características larvales por el fenómeno conocido como neotenia, alcanzando la madurez reproductiva con branquias. También dispone de órganos sensoriales fotorreceptores, quimiorreceptores y electrorreceptores en el hocico y el oído para compensar su prácticamente total ceguera. Destaca entre sus sentidos el del olfato, pues le sirve para detectar depredadores e incluso controlar la actividad vital de los huevos -se come los que no logran sobrevivir y protege a los que reconoce como fértiles por el olor-.
2 Enigmáticos procesos de reproducción
Estos anfibios se reproducen una vez cada década más o menos, poniendo entre 40 y 70 huevos. A principios de este año una hembra comenzó una puesta de los misteriosos huevos en la eslovena cueva de Postojna y los científicos llegados de todo el mundo para aprovechar el excepcional momento no se ponen de acuerdo en cuándo se producirá el nacimiento de las criaturas. Se especula que duraría unos 120 días el proceso de maduración de los huevos basándose en ciertas experiencias bajo condiciones determinadas de temperatura, que no se repiten en las circunstancias de la fría cueva -muy turística-.
La edad óptima de reproducción de esta especie se sitúa entre los 20 y los 30 años, a pesar de que su ciclo vital potencial supera el siglo. La peculiaridad de esta puesta es que no ha ocurrido en el entramado laberíntico de las cuevas de los Balcanes sino en una zona prácticamente superficial y bastante expuesta, lo cual convierte al emplazamiento en una ubicación accesible a un proceso que suele tener lugar en las profundidades pero sin dejar de ofrecer la oportunidad de verlo en un vulnerable estado natural.