Un proyecto que podría acabar con la sequía mundial gana el primer premio de un concurso de Google. La solución, lejos de estar en grandes infraestructuras o en un artefacto de mecanismo indescifrable, está en algo muy común, tan común que normalmente lo tiramos a la basura. La clave de la nueva revolución está en la piel de las naranjas.
Se trata del descubrimiento de una joven sudafricana, Kiara Nirghin, que con tan solo 16 años ha encontrado una alternativa ecológica para paliar los problemas de la sequía sobre las cosechas. Por su invento, Kiara ha recibido el primer premio del concurso Google Science Fair Community Imapact Award, dotado con 50.000 dólares.
El proyecto está elaborado con pieles de naranja y aguacate, que retienen hasta 300 veces su peso en agua, con lo que pueden ayudar a conservar la humedad en los cultivos agrarios. Lo mejor del invento es que se trata de un desecho natural, por lo que su precio en el mercado es muy bajo, además de ser un producto 100% biodegradable, que abona la tierra con sus nutrientes.
Actualmente se emplean soluciones caras y tóxicas
Gracias a los conocimientos en química y ciencia aplicada a la gastronomía de la joven podremos paliar la falta de agua con una solución asequible, que aparta las soluciones industriales actuales; que a parte de ser caras, emplean ácidos tóxicos para el medio ambiente y para los seres humanos.
Este invento llega en un momento de extrema urgencia para África, que atraviesa la peor sequía desde hace 45 años.