El caso de Madeleine McCann, la niña británica de tres años desaparecida en Portugal en 2007, dio un vuelco a comienzos del mes de junio con la identificación de un sospechoso trece años después de aquella fatidica noche 3 de mayo, cuando se le perdió a pista a la menor.
Las autoridades británicas y alemanas apuntaron a Christian Brueckner como sospechoso de la desaparición de la pequeña Madeleine. El hombre, actualmente de 43 años y cumpliendo condena en una cárcel alemana por crímenes sexuales y abuso de menores, se encontraba cerca de donde la familia McCann pasaba sus vacaciones en el Algarve (Portugal) aquel año.
Con la investigación volcada en esta línea, la policía ha encontrado en la caravana de Brueckner ropa de niñas pequeñas, especialmente bañadores, y tarjetas de memoria con más de 8.000 archivos, entre fotos y vídeos, de abuso infantil. Estos objetos estaban escondidos en una bolsa metida en un agujero en el suelo, debajo del cuerpo del perro muerto del sospechoso.
Después de haber salido a la luz las fotografías sobre el hallazgo en la caravana, el sospechoso afirma que no tuvo nada que ver con la desaparición de Madeleine McCann, según recoge Daily Mail. Además, también está siendo investigado por la desaparicion de una niña alemana de cinco años, Inga Gehricke.
Parten de la base de que Madeleine estaría muerta
Christian Brueckner, que está siendo investigado por la fiscalía de la ciudad alemana de Braunschweig, manifestó a un conocido su fantasía de secuestrar y abusar de un niño pequeño. De acuerdo con documentos de la investigación a los que ha tenido acceso el semanario Der Spiegel, en septiembre de 2013 el sospechoso le escribió a un conocido por un servicio de mensajería instantánea que sentía el deseo de "cazar algo pequeño y utilizarlo durante días". A la respuesta de su interlocutor de que esto sería peligroso, replicó: "Bah, si luego se eliminan las pruebas".
La Fiscalía ha confirmado que parte de la base de que Madeleine murió a manos de Christian Brueckner, cuya presencia en el lugar de los hechos quedó confirmada por una llamada realizada por el presunto culpable que fue registrada por una antena de telefonía móvil.
