Los médicos del Centro Médico Shiga, situado en la ciudad japonesa de Moriyana, se llevaron una gran sorpresa mientras realizaban una operación rutinaria de apendicitis. Durante la cirugía, el personal del operatorio registró una anomalía en uno de los ovarios, concluyendo que se trataba de un tumor de unos diez centímetros de grosor. Los profesionales extirparon el nódulo con éxito y lo llevaron a analizar, descubriendo una de las anomalías más raras de los últimos años.
Dentro del absceso, los cirujanos encontraron una maraña de pelo graso y enredado, que cubría una fina placa de hueso craneal que protegía una estructura cerebral de tres centímetros de ancho. Un análisis más detallado del 'seso' concluyó que se trataba de un cerebelo, los cuales suelen encontrarse debajo de lo dos hemisferios del cerebro.
Según informa la revista New Scientist, es normal que dentro de los tumores ováricos se formen tejidos extraños, como cabello, dientes, cartílago, grasa y músculo. Este tipo de tumores reciben el nombre de teratomas, palabra que deriva del griego 'teras', la cual significa monstruo. Aunque no se sabe con seguridad porqué surgen, la principal teoría apunta a que se producen cuando los células del óvulo se vuelven 'traviesas', produciendo diferentes partes del cuerpo.
Tremendamente inusual
Masayuki Shinta, experto del Centro Médico Shiga; donde se estudió el tumor, declara que es usual que dentro de los teratomas ováricos se encuentren células cerebrales, pero que es tremendamente inusual que se organicen en una estructura cerebral propia. Angelique Riepamen, colega de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Australia, coincide: "Los elementos neuronales similares a los del sistema nervioso central son comunes en ateromas ováricos, pero estructuras parecidas al cerebro adulto son raras".
Además, el mini-cerebro se desarrolló de tal manera que los impulsos eléctricos de este se podían transmitir entre las neuronas, al igual que un cerebro normal.
La joven a la que se le extirpó el tumor, una japonesa de 16 años, no presentaba ningún síntoma que evidenciara la presencia de este cuerpo extraño, aunque según informa el personal médico, su aparición puede conllevar cambios de personalidad, pensamientos paranoicos, confusión, agitación, convulsiones o pérdida de memoria. La adolescente se recupera ahora favorablemente de la operación.