Un equipo de investigadores chinos ha desvelado un nuevo dato inquietante sobre el coronavirus, relacionado con uno de los animales a los que se atribuye el primer foco de la pandemia, el pangolín.
La investigación ha desvelado el resultado de una serie de análisis realizados a los restos de pangolín congelado que fueron incautados por la aduana china a finales de 2018 y principios de 2019.
En ellos se encuentran, para sorpresa de los científicos, la presencia de dos variantes del coronavirus, similares en un 85,5% y un 92,4% al actual. De hecho, una de las variantes llega a presentar prácticamente las mismas proteínas para fijarse a las células que el actual Covid-19. Algo que hace dudar, primero, sobre el verdadero origen de la enfermedad en el plano temporal y sobre la posibilidad de presentar nuevas mutaciones.
Uno de estos nuevos coronavirus aparece en las muestras correspondientes a cinco animales de un total de 18 ejemplares de pangolín malayo, que fueron incautados en la provincia de Guangxi. El otro, procede de tres animales infectados, de un total de 12, según informa Gizmodo.
El tráfico de pangolín, utilizado en alimentación y medicina tradicional, está penado
Los animales fueron incautados porque el tráfico de pangolín, un animal en peligro de extinción, se encuentra castigado en las leyes chinas. Sin embargo, la población, principalmente de las zonas rurales, se salta las restricciones con frecuencia, puesto que consideran su carne como una delicia y utilizan al animal para realizar recetas empleadas en la medicina tradicional.
Hasta la fecha, la versión oficial sobre el origen del coronavirus, en realidad, no es ninguna. Pero hay cierto consenso sobre una colonia de murciélagos de la provincia de Yunnan, sin conocer qué otro animal hizo de enlace con los humanos para transmitir el virus. Se cree que fue el pangolín.