Una mujer china de 26 años ha tenido que ser intervenida después de que los médicos hayan encontrado un DIU enquistado durante cinco años en su vejiga. El artilugio, empleado tradicionalmente como método anticonceptivo, no había impedido que la mujer fuera madre de un niño: ni siquiera recordaba habérselo puesto.
Según los especialistas, el DIU falló cuando la mujer quedó embarazada y tuvo que realizar un parto por cesárea en el año 2012. Los expertos creen que las propias contracciones del parto hicieron que el aparato se trasladase a la vejiga sin que los médicos fueran conscientes de ello.
Por entonces, los responsables médicos creyeron que el DIU había quedado incrustado en el útero y que podría ser eliminado por vías naturales. Sin embargo, a los cinco años la situación se complicó.
La mujer acudió al ambulatorio aquejada de un severo dolor abdominal, frecuencia excesiva en la micción y restos de sangre en la orina. Cuando hicieron una radiografía, descubrieron que el DIU estaba realmente incrustado en su vejiga y que estaba produciéndole severos daños crónicos.
El DIU había perforado la pared del útero y había termindo en su vejiga. Un fenómeno poco frecuente, pero no único: al menos 40 personas se han visto con el mismo problema durante la última década.
Por todo ello, y para evitar situaciones de riesgo, los especialistas recomiendan buscar los dispositivos precisamente en el momento en el que desaparecen y no esperar a que comiencen a dar síntomas cinco años después.