La investigación contra el cáncer es uno de los ámbitos científicos que más interés suscita, máxime cuando se trata del cáncer infantil. Por eso, el último descubrimiento por parte de un equipo de médicos en Reino Unido aporta un poco de esperanza en cuanto a la prevención de un tipo de cáncer concreto que se encuentra en la población infantil: la leucemia linfoide aguda, leucemia linfática aguda o leucemia linfoblástica aguda, o por sus siglas en inglés, LLA (en inglés, ALL o Acute Lymphoblastic Leukaemia).
La investigación ha sido llevada a cabo por Mel Greaves y su equipo, del Instituto de Investigación del Cáncer de Londres, uno de los investigadores más prestigiosos del país en lo que a cáncer se refiere. El estudio ha sido publicado en la revista Nature, y compila investigaciones de los últimos 30 años en torno a la leucemia linfoblástica aguda. Han encontrado una posible causa de esta enfermedad en niños, y con ello, abierto la vía por la cual se puede empezar a prevenir. Así, han determinado que esta leucemia se debe a una combinación de factores genéticos y ambientales, pero ¿cuáles?
Las infecciones en el primer año de vida serían protectoras
Según han encontrado Greaves y su equipo, la causalidad de la leucemia linfoblástica aguda se da en dos pasos. Primero, antes del nacimiento, el feto presentaría una mutación genética que le predispone para desarrollar leucemia, algo que ocurre sólo en el 1% de los bebés. El segundo paso hace referencia a los factores desencadenantes de la leucemia, que tendrían que ver con la exposición a ciertos agentes infecciosos comunes, es decir, los virus y bacterias a los que estamos normalmente expuestos. Pero estas infecciones suponen un mayor riesgo de desencadenar leucemia en niños que durante su primer año de vida no hayan estado expuestos a ellas, por ejemplo, si no han tenido contacto con otros niños.
La razón sería que en esa época de la crianza es importante que el sistema inmunológico se refuerce, así que si un bebé tarda mucho tiempo en tener contacto con estos agentes patógenos, se hablaría de que tiene una "infección tardía", y esta podría desencadenar la LLA si tiene esa predisposición genética. Este factor protector del sistema inmune cumple un papel similar similar en otros tipos de enfermedades autoinmunes, como ciertas alergias, o la propia diabetes.
¿Cómo prevenir la leucemia linfoblástica aguda?
A partir de estos descubrimientos, y continuando con la investigación en este tipo de enfermedad, se podrían crear guías de prevención de la leucemia linfoblástica aguda o ALL. Claro que el desarrollo de una enfermedad como el cáncer no es matemática, sino que se tienen que dar ciertos factores en una determinada manera, además de que sólo un 1% de los niños y niñas nacen con esa mutación genética de predisposición. Lo que sí apunta el Profesor Mel Greaves, con 40 años de experiencia a sus espaldas, es que este tipo de descubrimientos se enfrenta a clásicos mitos, como que la exposición a ondas electromagnéticas o a ciertos tipos de contaminación provocan la leucemia.
El contacto de los bebés menores de 1 año con otros niños y niñas de su edad (por ejemplo, en guarderías), así como la lactancia materna serían algunos de los factores que refuerzan de manera temprana el sistema inmunológico, según este equipo de investigación. No obstante, no debemos alarmarnos: no debemos seguir todas las pautas ni obligarnos a dar el pecho al bebé. Podemos llevarles al parque con otros bebés, a otras casas, y también no preocuparnos en exceso por mantenerles siempre excesivamente "limpios" y libres de fuentes de infecciones.