Los vecinos de Fargo, en Dakota del Norte, siguen sin poder explicar, más de diez días después, todo lo que ha sucedido. Savanna Lafontaine-Greywind, una joven de 22 años, desapareció un 19 de agosto de repente, cuando aseguraba que subía a casa de unos vecinos a realizar un proyecto de costura.
Nadie la volvió a ver hasta ocho días después: la joven había sido asesinada brutalmente, y su cadáver había aparecido envuelto en plásticos y colgado de un tronco. Pero... ¿y su hija?
La respuesta llegó tres días después del suceso: el bebé se encontraba sano y salvo en la casa de unos vecinos. Era su hija. Fue entonces cuando la Policía empezó un periplo de investigaciones con el que conseguir pruebas determinantes de todo lo que había sucedido. Pero parece imposible.
Los dos dueños de la vivienda en la que apareció el bebé, Brooke Lynn Crews y William Henry Hoehn, han sido detenidos, pero ninguno ha explicado aún cómo llegó la pequeña a su vivienda.
La hipótesis principal de la Policía es que realizaron a la víctima una abducción fetal, es decir, extrajeron al bebé del cuerpo de la joven a la fuerza o la obligaron a dar a luz. Pero tampoco hay ninguna prueba concluyente que permita comprender este caso. Tan sólo que ambos fueron los últimos que vieron con vida a Savanna.
La reconstrucción de los hechos es muy difusa: Savanna subió al apartamento de los detenidos, una vivienda que se encuentra dos pisos por encima de la vivienda de sus padres.
Allí, se dedicó a posar para un vestido que estaba cosiendo su vecina a cambio de 20 dólares como gratificación. Antes de salir de la casa, la joven pidió una pizza y regresó a su casa. Nadie sabe qué más pasó.
La madre, sin embargo, comenzó a sospechar rápidamente: "Supe de inmediato que algo estaba mal porque su coche seguía aparcado delante de la casa. Estaba embarazada de ocho meses y tenía los pies hinchados, no se iría a pasear. Había una pizza en casa que no se había comido", ha relatado a Duluth News Tribune.
Varios días después, con un grupo de treinta agentes de Policía que se dedicaron a rastrear todo el pueblo, finalmente se encontró en buen estado a la pequeña. La Policía cree que pudo no estar en la vivienda durante las primeras horas de los registros.
La pareja de la joven se encuentra destrozada. Planeaban mudarse a la misma casa en los próximos días. "Lo único que quería era una vida con Savanna y mi bebé. Me lo han robado todo", ha asegurado ante los medios. El padre se sometió a la prueba de ADN para certificar que la recién nacida era hija suya. Mientras tanto, las investigaciones continúan para aclarar todo lo sucedido.