La crisis del coronavirus está generando un auténtico desplome de la economía. El Ibex 35 actualmente registra 6.484 puntos, niveles de la década de 1980, lo que preocupa especialmente ante la paralización que vaticinan las medidas que se quieren aplicar especialmente en los focos de mayor propagación.
Algunas empresas están empezando a actuar por su cuenta para gestionar esta situación. Uno de los últimos anuncios parte de las dos principales cadenas de moda en España, Inditex y Tendam (Cortefiel y Springfield). Ambas han acordado cerrar todas sus tiendas de manera indefinida en las zonas más afectadas y aprobar un horario reducido de 10:00 a 18:00 en el resto del territorio.
Uno de los principales perjudicados es el sector turísticos, uno de los pilares de la economía en España. La campaña de Semana Santa se da por descontado que será nefasta y hay dudas sobre cómo se encarará el verano. Meliá, una de las principales cadenas hoteleras del país, ya ha anunciado el despido de 230 trabajadores y prepara varios expedientes temporales.
Junto al sector del turismo, otro de los afectados es la aviación, ya que las restricciones en movilidad han reducido sensiblemente la demanda de vuelos. Una de las más rápidas en reaccionar ha sido Air Europa, que ha anunciado ante los sindicatos un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) en sus 22 centros de trabajo, la misma medida por la que ha optado Norwegian. Mayor incertidumbre enfrentan los trabajadores de Iberia, Vueling o Ryanair, que todavía no conocen con exactitud qué medidas emplearán las compañías. Sin embargo, parece complicado asumir todos los empleados actuales si la masa de trabajo se encuentra completamente mermada en la situación actual.
El Gobierno ha anunciado que ampliará la línea de créditos del ICO a 400 millones de euros con el objetivo de dar un respiro a las empresas que operan en nuestro país. Además, también quiere rebajar las exigencias de vuelos para mantener los derechos de aterrizaje. El objetivo: evitar la salida de vuelos fantasma donde las ocupaciones siquiera alcanzan la mitad.
Paralización de la industria y aluvión de consultas legales sobre ERTE y ERE
La situación de la industria también es complicada, máxime cuando los principales focos del patógenos se están instalando en regiones industrializadas como País Vasco o Cataluña.
El sector del automóvil, especialmente activo en el noreste de España, enfrenta en estos momentos auténticos problemas de suministros de materiales básicos. Kostal Eléctrica, una firma de componentes de Barcelona, se ha visto obligada a aprobar un ERTE de 800 trabajadores ante la bajada de la demanda. Nissan y Volkswagen también están manejando esta medida. Y Seat, el mayor fabricante del sector en España, tiene problemas porque sus neumáticos se producen en Igualada, donde actualmente hay un confinamiento por el virus.
Por el momento, la gran mayoría de empresas está optando por aplicar los ERTES confiando en que la situación pueda controlarse en un plazo máximo de tres o cuatro semanas. Sin embargo, las consultas sobre ERE también están creciendo entre los despachos de abogados.
Eso es lo que más preocupa en estos momentos: la combinación de parálisis económica e incertidumbre, sin unos plazos concretados, hacen que la situación sea especialmente impredecible, el escenario que más asusta al dinero.