Priviet Sportive, la empresa que en 2020 pagó una comisión a Tomás Díaz Ayuso, hermano de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, por intermediar en la adquisición de mascarillas para la Comunidad de Madrid, compró un chalet de lujo con piscina en Pozuelo de Alarcón a finales de 2022, después de que la Fiscalía Anticorrupción archivara su investigación sobre este asunto.
La propiedad fue adquirida por la empresa de Daniel Alcázar, amigo de la familia Díaz Ayuso desde la infancia, en diciembre de ese mismo año. Seis meses después de que la investigación del Ministerio Público sobre las comisiones pagadas por esta empresa, dedicada al sector textil y agrícola y sin experiencia previa en el ámbito sanitario, fuera archivada, el traslado de domicilio de la empresa al chalet se produjo en mayo de 2023. Esto ocurrió dos meses después de que la Fiscalía Europea también cerrara su investigación sobre este caso.
Lo hizo semanas después de aprobar las cuentas de 2022, que acaba de remitir al Registro Mercantil. Según esas cuentas, accesibles a través de Insight View, la empresa se anotó ese año ventas récord de 5,9 millones, un 18,5% más, y declaró beneficios de 138.730 euros, un 23,5% más. Con ocho empleados, en su activo destaca el crecimiento de dos partidas: el efectivo pasó en un año de menos de 75.000 euros a más de 600.000 euros, y el inmovilizado material se multiplicó por ocho, hasta 2 millones.
Este notable aumento en el patrimonio de Priviet Sportive se justifica por su adquisición del chalet unifamiliar el 14 de diciembre de 2022. Según Idealista, el valor de mercado de la propiedad se estima en hasta 1,8 millones de euros.
La vivienda de lujo
La residencia es una moderna vivienda unifamiliar aislada, construida en 2021 según registros catastrales, situada en un desarrollo reciente en una zona al noroeste de la capital, próxima a la autovía de circunvalación M-40.
Exteriormente, el chalet se presenta como uno más dentro de esa zona residencial. Hace poco, las persianas estaban levantadas, y en el buzón aún figuraba la marca comercial del fabricante de la caja de correos, una empresa originaria de Gipuzkoa. No se identificaba ningún nombre de persona física ni se hacía mención a actividad empresarial alguna. Una imagen reciente en Google Maps, capturada en diciembre pasado, mostraba varios adornos navideños en la entrada, lo que sugiere que la residencia estaba ocupada en ese momento.
Según el Registro de la Propiedad, la vivienda tiene 434 metros cuadrados de superficie construida con tres plantas (sótano, baja y primera) comunicadas por escalera interior. Se alza sobre un terreno de 522 metros cuadrados. Cuenta con piscina exterior de 33 metros cuadrados, cinco dormitorios, cuatro cuartos de baño, un aseo y garaje subterráneo.
La vivienda no se pagó a tocateja. Sobre la finca pesa una hipoteca a favor de Caixabank por importe de 1,35 millones. Esto explicaría el fuerte aumento de las deudas a largo plazo de Priviet Sportive: en un año pasaron de algo más de 580.000 euros a 1,66 millones, según sus cuentas.
Poner un inmueble a nombre de una sociedad tiene amplias ventajas fiscales, como la posibilidad de deducirse la compra en el Impuesto de Sociedades (para los particulares estas desgravaciones se eliminaron en 2013), además de las eventuales reformas y los gastos de suministros básicos, como agua, luz, gas o teléfono. Pero para ello hay que demostrar que en la empresa se realiza una actividad afecta a esa vivienda con los correspondientes medios materiales y humanos.
De Carabanchel a Pozuelo
Priviet ya tuvo hasta 2020 su domicilio muy cerca de Pozuelo, en otro chalé en el no menos lujoso barrio madrileño de Aravaca. Pero se mudó al popular barrio de Carabanchel un mes después de que la Comunidad de Madrid le adjudicase a dedo el famoso contrato de 1,5 millones de euros para la adquisición de mascarillas.
La lucha interna de poder en el PP reveló que el hermano de la presidenta regional había intervenido en la operación y cobrado de la empresa por su papel en todo el proceso.
Por ese trabajo, el hermano de Ayuso se embolsó vía comisión al menos 55.850 euros más IVA (67.785 euros), según el importe que reconoció públicamente la presidenta madrileña. El Gobierno regional confirmó después que los pagos que recibió de esa empresa fueron de 283.000 euros, pero aseguró que las otras tres facturas no tenían relación con el contrato adjudicado por la Comunidad.
Los datos de la Fiscalía revelaron que la empresa pagó poco más de medio millón por comprar y traer las mascarillas y cobró casi tres veces más. En el año de la adjudicación de ese contrato, Priviet triplicó su beneficio, hasta algo más de 376.000 euros. Y dos años y medio después acometió esta operación inmobiliaria.
El caso, que precipitó la caída de Pablo Casado y aupó a Alberto Núñez Feijóo al frente del PP, propició sendas investigaciones de la Fiscalía española y la europea. En junio de 2022 Anticorrupción decidió archivar las diligencias al entender, entre otras cosas, que no había quedado probado que Isabel Díaz Ayuso interviniera en el proceso para beneficiar a su hermano.
Anticorrupción no encontró indicios de que el hermano de la presidenta madrileña "llevara a cabo actuaciones, diligencias o gestiones ante el Sermas o ante cualquier otro organismo o servicio de la Comunidad de Madrid tendente a conseguir un trato de favor para la empresa Priviet, ni siquiera que aportara a esta empresa algún contacto con funcionarios públicos que, por otra parte y de acuerdo con el procedimiento seguido por la Subdirección General de Contratación antes descrito, no era en absoluto necesario para presentar la oferta".