Arranca en la Audiencia Nacional el juicio contra Manuel Murillo, el hombre acusado de organizar una operación para terminar con la vida del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con la finalidad de "forzar un cambio en la vida política del país".
La Fiscalía de Área de Terrassa solicita en sus conclusiones provisionales hasta 18 años y seis meses de prisión para el individuo. Por un lado, 11 años y medio por un delito de homicidio en grado de proposición y por otro lado 7 años por un delito de depósito de armas y municiones de guerra.
El acusado no tiene antecedentes penales y formaba parte de un grupo de WhatsApp llamado 'Terrassa por España' en el que se reunían personas de ideología nacionalista y conservadores a las que Murillo no conocía personalmente. Sus primeras intervenciones en este grupo se produjeron cuando el Gobierno inició el proceso para exhumar del Valle de los Caídos al dictador Francisco Franco: "No podemos permitir que humillen al generalísimo. Es una venganza por haber perdido la guerra", escribió en ese momento.
"Si es preciso me voy a ir armado y me sentaré en la tumba de Franco y si se me acercan disparo. Si tocan a Franco sugiero que empiece la guerra otra vez por nuestro honor (...) Y esta vez no dejaremos ni uno", añadió.
Debido a los avances en el proceso, que terminó con los restos de Franco fuera del monumento, el acusado fue desarrollando una cada vez mayor inquina contra el presidente de Gobierno, al que aseguraba tener "en el punto de mira". Según el fiscal, Manuel Murillo fue fraguando "un discurso de rechazo" contra Pedro Sánchez que fue derivando en un "deseo expresado de forma explícita" de ejecutar un magnicidio.
"Al Sánchez hay que ir a cazarlo como un cuerno (ciervo) y poner la cabeza en la chimenea. Tantos cazadores en España y ninguno tiene cojones. Solo matan pobres animalitos que no rompen España, a este si que hay que cazarlo", aseguraba en el chat.
"Soy un francotirador y con un tiro preciso se acaba el Sánchez"
Murillo aseguraba que su "mayor ilusión" era "meter al traidor de Sánchez debajo de la lápida de Franco". Así, afirmaba que la solución a todo era "un alzamiento nacional aunque parezca de locos". "Si no tendremos que ir de francotiradores anónimos cargándonos a esos hijos de puta poco a poco. Todo ha de estar bien planeado para que salga bien, o sea necesito ayuda", escribía.
De esta forma, el acusado empezó a solicitar colaboración para llevar a cabo su proyecto consciente de que para "volar cabezas" tenía que haber "más organización" para causar "más terror". Llegó a confirmar su plan: "Es un plan para acabar con el Gobierno que hay, pero no quiero que lo sepa nadie, solo los justos. Es algo como en la Segunda Guerra Mundial fue Valkiria (el frustrado intento de asesinato de Adolf Hitler). Soy un francotirador y con un tiro preciso se acaba el Sánchez antes de que del todo hunda a España. No harían falta guerras".
El acusado insistía además en buscar ayuda porque reconocía sus limitaciones: "No tengo nada de internet, soy antiguo, solo sé pegar tiros". Fue su interlocutora en estos mensajes quién denunció su plan, lo que provocó su detención el 19 de septiembre de 2018. Se encuentra en prisión desde el 21 de septiembre de ese mismo año y su juicio se comenzará este martes 15 de marzo.
El día de su detención, los agentes encontraron en su vehículo una pistola, una carabina, un puñal y varios útiles para la práctica de tiro. En su domicilio se encontraron varios revólveres, una escopeta, un fusil de asalto y una ballesta artesanal. Además, se incautó una gran cantidad de munición y varios artefactos explosivos.
