La peor de las noticias sobre la desaparición de Álvaro Prieto llegaba durante una retransmisión de TVE. Su cadáver fue captado en directo por las cámaras del programa 'Mañaneros', hallándolo entre dos vagones de un tren. La autopsia ha confirmado que murió electrocutado tras tocar la catenaria.
El joven de 18 años desapareció cerca de la estación de tren de Santa Justa, en Sevilla, en la mañana del 12 de octubre, después de perder el tren que le llevaría a Córdoba, donde vivía, tras una noche de fiesta. La principal hipótesis apunta a que se subió al techo de un tren que estaba fuera de servicio para intentar colarse en la estación sufriendo una descarga eléctrica de 3.500 voltios al tocar la catenaria, lo que le habría costado la vida.
"Estoy escribiendo esto con lágrimas en los ojos"
Álvaro Prieto se había desplazado a la capital hispalense para pasar una noche junto a su mejor amigo, Álvaro Cabrera, última persona cercana que lo vio con vida. A través de sus redes sociales, le ha dedicado unas conmovedoras palabras de despedida mediante una carta.
"Mi hermano, ¿Cómo andas por allí? Ya se te echa muchísimo de menos. Yo sé que tú a nosotros también como cuando me escribías y me llamabas para preguntarme qué tal me iba por Sevilla y comentarme las ganas que tenías de verme", comienza diciendo el joven.
Cabrera subraya que nunca podrá "expresar con palabras" lo que su amigo ha significad en su vida. "Te quiero dar las gracias por estar todos los días desde muy chicos pegado a mí, de mi mano. La de recuerdos que tengo contigo y que no se van a borrar de mi cabeza jamás", expone.
"Quizás me ha tocado una parte muy dura en esta situación (ser la última persona que estuvo contigo)", expresa. Pero si algo tiene claro es que "jamás" cambiaría haber sido el último en poder despedirse: "Me siento muy afortunado de haber podido recibir ese último 'te quiero bro' allí sentados en la acera de la carretera antes de entrar en la discoteca".
"No sabes lo que te quiere la gente y la huella que dejas en el mundo (...). Sigue disfrutando, haciendo feliz a la gente por allí arriba y con esa lucha incansable que no hay cosa que se te dé mejor. Aquí abajo yo me encargaré de cuidar en todo lo máximo a tu gente, tus amigos, que son muchos, y a tu familia. Te lo prometo", continúa.
Roto por el dolor, Cabrera reconoce que escribe estas líneas "con lágrimas en los ojos". "Pero intentaré no soltar muchas más estos días, que sé que no ten gusta vernos sufrir". A modo de despedida, le asegura a Prieto que su "huella es eterna". "No te olvidaré jamás", concluye.
