La llegada de Elon Musk a Twitter ha provocado auténticas turbulencias en la red social, que ahora llegan en su relación con la tecnológica Apple. La brecha se ha abierto por la tasa del 30% sobre las transacciones en las plataformas.
Musk ha afirmado en su propia red social que Apple "ha amenazado a Twitter con expulsarnos de la App Store, aunque no nos dicen por qué". Se trata de un conflicto derivado de las diferencias entre las comisiones que impone la firma de la manzana y, por otro lado, por la controvertida política de moderación que ha impuesto Twitter, con su máximo exponente ilustrado en la vuelta de Donald Trump y una larga lista de usuarios suspendidos.
Junto a esta amenaza, Elon Musk también ha cargado contra Apple al asegurar que a empresa ha retirado la mayoría de su publicidad en la red social. El empresario se cuestiona si este movimiento representa, realmente, que la tecnológica fundada por Steve Jobs "odia la libertad de expresión en Estados Unidos", e incluso ha llegado a compartir varias publicaciones en las que acusa a esta firma de monopolio que ejerce censura.
Lo cierto es que la política laxa en cuanto al combate del discurso del odio ya ha llevado a más de un quebradero de cabeza a Elon Musk con los anunciantes, precisamente cuando su principal cometido era hacer rentable la red social.
Ante esta realidad, el plan del magnate pasa por incrementar exponencialmente los suscriptores de pago para tener ingresos más estables y cambiar la vía por la que se obtiene el dinero que entra en la caja de la compañía. Sus estimaciones son lograr el 50% de su facturación por esta vía en 2025. Sin embargo, está perdiendo el 30% de los ingresos que llegan a través de la App Store y la Play Store.
Lo cierto es que la publicidad de Twitter representa un negocio de 5.000 millones de euros anuales, y en las últimas semanas, la gran mayoría de empresas han detenido sus inversiones en este sentido. Junto con los aspectos comentados, la inversión también se ha visto por los despidos ejecutados en la empresa, que han afectado a 4.800 empleados, un 64% de la plantilla. El diario Financial Times publica que estos recortes habrían provocado quejas entre empresas que afirman que ya no tienen acceso ni a las plataformas para ver sus estadísticas en las campañas.
Elon Musk, ante las amenazas de que su red social pueda llegar a ser retirada, como ha sucedido en el pasado con otras como Parler, ha llegado a proponer incluso el lanzamiento de su propio sistema operativo: "Desde luego, espero no llegar a eso, pero si no queda otra, haré un teléfono alternativo".
Conflicto judicial
La situación, sin embargo, podría derivar en una batalla judicial. Si finalmente Twitter acaba expulsado de la App Store, podría estallar una guerra en los tribunales entre dos de las empresas más grandes de Wall Street que tendría gran relevancia.
Por todo ello, el conflicto tiene relevancia. Queda por ver cómo se resolverá estos hechos. Si finalmente irán a más o si, entre todo el ruido, todas las diferencias quedarán en una mera anécdota tras la llegada de Elon Musk a Twitter.
