José, alias 'El Paletas', ya es un viejo conocido de la policía, tras haber matado de un tiro a un vecino en Nochevieja de 2017. Se encontraba en prisión preventiva mientras esperaba a que se celebrase su juicio, pero un error en los juzgados lo dejó en libertad.
El Paletas, para quien la fiscalía solicitaba 23 años de prisión por el asesinato de un hombre de nacionalidad rumana y padre de dos hijos, y por tenencia de armas, iba a ser juzgado el pasado lunes en Murcia. Pero el juicio se pospuso debido al estado de alarma. Y 'El Paletas' y sus amigos decidieron celebrarlo en pleno confinamiento: la Guardia Civil lo ha detenido de nuevo por daños, desorden público y desobediencia a la autoridad en una fiesta en el municipio de Alguazas, en la que participaba junto a otras treinta personas.
Los residentes del Barrio del Carmen llamaron cinco veces a la Policía Local, entre las 22.30 horas del viernes y la una de la madrugada del sábado, para denunciar que en un piso de la calle San Fulgencio había una fiesta clandestina: la música estaba a todo trapo y algunos de los asistentes salían al balcón a proferir gritos y lanzar objetos a la vía pública, incluso contra los coches estacionados.
Fiesta clandestina y sin acatar las órdenes de la Policía
Los incidentes se produjeron cuando varias patrullas de la Guardia Civil, con el auxilio de policías locales de Alguazas, Las Torres de Cotillas, Lorquí y Ceutí, acudieron a la zona. Al indicarles los agentes que debían acabar con el exceso de ruido, en un primer momento bajaron a la calle cinco hombres en actitud agresiva y portando botellas de cristal en las manos, a quienes se les fueron incorporando hasta una veintena de personas más.
Según el atestado de la Guardia Civil, 'El Paletas', les habría dicho que los tenía que matar, además de jurarles, por sus hijas, que se comería su corazón. Asimismo, golpeó, presuntamente, uno de los coches que estaban aparcados en la calle al tratar de abalanzarse sobre los agentes.
José fue detenido el martes por la tarde por agentes de la Benemérita acusado de desórdenes públicos, desobediencia a agentes de la autoridad y daños, y trasladado al juzgado de guardia de Molina de Segura, donde quedó en libertad, pero seguirá investigado como presunto participante en los hechos.
Los Policías Locales y Guardias Civiles desplegados no cargaron contra los asistentes a la fiesta ante la posibilidad de que en plena pandemia la situación derivase en un tumulto que pondría en riesgo la salud pública y la seguridad ciudadana incumpliendo el estado de alarma.