Cuando 'El hormiguero' se estrenó en Cuatro en septiembre de 2007, no fue un gran éxito de audiencia. Pero no le iba del todo mal, tenía seguidores habituales y una cuota de pantalla de en torno al 9%. Poco a poco fue ganando popularidad hasta ser uno de los programas más vistos en su franja horaria, especialmente entre el público infantil y juvenil.
A medida que traía personajes más conocidos en el panorama internacional (Shakira, Miley Cyrus, Mel Gibson) ganó más y más seguidores. El formato presentado por Pablo Motos era novedoso, centrado en un entretenimiento informativo, con entrevistas a los invitados que tenían que participar en experimentos y pruebas presentadas por distintos colaboradores. La diversión era el principal motor del programa, tanto para los invitados como para los colaboradores y, sobre todo, para los espectadores.
La esencia del programa es hoy en día muy parecida: sigue habiendo entrevistas, pruebas y experimentos, pero ha cambiado una cosa: los colaboradores. Del programa original solo quedan El Hombre de Negro, Marron, Jandro, Luis Piedrahita, Juan y Damián. A ellos les acompañan ahora siete colaboradores más: Ernesto Sevilla, Emilio Aragón, Dani Rovira, El Monaguillo, Wolfgang Maier, Vaquero y Manolo Sarria. Si tuviéramos que decir algo que tienen en común, es la simpatía y su capacidad para hacernos reír. A ellos se unen Patricia Montero, Marta Hazas, Ana Morgade, Anna Simon y Pilar Rubio. Que también son muy simpáticas, pero da la casualidad de que todas son muy guapas. Esto no significa que no sean capaces de hacer su trabajo a la perfección, pero llama la atención que Antena 3 opte por mujeres físicamente atractivas y que en los hombres esta condición no parezca importar demasiado.
Sobre todo cuando el programa no siempre ha sido así. Antes de mudarse a Antena 3, 'El hormiguero' tenía su casa en Cuatro, donde rodó cinco temporadas. Es la cadena que catapultó el formato a la fama. La dinámica era la misma, pero los colaboradores eran otros: Flipy, Carlos Jean, Toño o Enrique San Francisco. Tampoco eran hombres considerados sex symbols en España, tenían el mismo perfil que los colaboradores actuales. Las mujeres, en cambio, eran diferentes: teníamos a Elsa Punset, Silvia Abril y Raquel Martos, que hacían un trabajo estupendo delante de las cámaras. Pero no eran mujeres absolutamente despampanantes, sino mujeres normales y corrientes que se ven todos los días en la calle. Y hacían un trabajo igual de válido que el de Anna Simon o Pilar Rubio.
Puede que sea pura casualidad que ahora las mujeres parezcan modelos, porque lo cierto es que todas las colaboradoras del programa siempre han hecho un trabajo estupendo independientemente de su físico. Pero si no contratan a mujeres de otros perfiles, de otra edad o de otro físico, parece que el requisito principal para trabajar en el programa sea el atractivo físico. Esto se acentúa cuando los hombres son mucho más normales que ellas físicamente, no llaman la atención por ser extremadamente guapos.
¿Es cosa de Antena 3?
Lo que también llama la atención es que esto comenzó a cambiar cuando el programa se mudó a Antena 3. Durante su primer año de emisión en esta cadena, la directiva mantuvo a los colaboradores y colaboradoras habituales, pero al año siguiente hicieron importantes cambios, y ninguna de las colaboradoras se mantuvo en el programa.
Esto es algo habitual en el grupo Atresmedia, especialmente en La Sexta. En 'Sé lo que hicisteis...', las guapas Patricia Conde, Berta Collado y Pilar Rubio reían las gracias a los normalitos Ángel Martín y Miki Nadal. En 'El Intermedio', una seria Sandra Sabatés trata de aguantarse la risa con el gracioso de Wyoming.
No es nada nuevo. Pero eso es precisamente por lo que el modelo 'guapa y feo gracioso' ya chirría. Desprende un aire rancio que tenga que haber una chica guapa siempre (y casi siempre muy pizpireta y alegre ella), y que al hombre se le valore por su personalidad y carisma (da igual si es amable o un borde de libro).
No todos los programas son así, por supuesto, ni en Atresmedia ni en Mediaset, pero lo cierto es que los que todavía siguen este patrón quizá deberían replantearse renovar las ideas.