El Corte Inglés está reorientando su modelo de negocio en diferentes aspectos, en un contexto de cierre de centros comerciales. Mientras prevé la clausura de unos históricos grandes almacenes en Barcelona a la vez que impulsa su comercio electrónico, la enseña de distribución también está realizando una firme apuesta por sus supermercados.
En este contexto, la firma de grandes almacenes ha realizado importantes apuestas, con la compra de los Supermercados Sánchez Romero, a la vez que ha modernizado sus propios establecimientos y ha sacado fuera de los centros comerciales sus Supermercados El Corte Inglés.
Además, en un contexto de fortalecimiento de marcas blancas, siguiendo el modelo de la enseña líder en el sector, Mercadona, El Corte Inglés también ha apostado por el fortalecimiento de su marca blanca, que tradicionalmente ha representado un reto en sus establecimientos.
La enseña de grandes almacenes ha probado diversas estrategias. Entre ellas, destaca el lanzamiento de Aliada en 2008, con la que buscaba llegar a un nicho más amplio de los consumidores, pero que finalmente ha terminado siendo retirada de todos sus establecimientos.
Ahora, la firma de grandes almacenes ha apostado por potenciar su marca blanca de los grandes almacenes, El Corte Inglés, en la que ha ampliado las categorías de productos y donde ha realizado una renovación para ampliar las categorías de productos que abarca.
En todo caso, este punto continúa representando un reto para la enseña. La marca blanca presenta grandes problemas de crecimiento cuando los consumidores acuden a El Corte Inglés a realizar sus compras. El peso de esta categoría en sus compras solo representa el 13,9% y se mantiene prácticamente estancada, puesto que tan solo ha crecido en dos décimas respecto a 2019, según Kantar.
El Corte Inglés se consolida, de este modo, como la cadena donde la marca blanca tiene menor peso respecto al total de las ventas frente a sus competidores, a pesar de que el auge de estas categorías se ha consolidado como una tendencia de consumo.
La consolidación de las marcas blancas
El sector de la distribución está experimentando un fuerte liderazgo en las marcas blancas, a las que acuden la mayoría de consumidores prácticamente como un valor refugio en tiempos de inflación, pero que además suponen una clara diferenciación respecto a los competidores en todo tipo de materias como precio, calidad o diferenciación para generar fidelidad.
En España, la cadena que lidera la venta de marcas blancas es Lidl. La enseña alemana registra un 81,9% de sus ventas en esta categoría con una clara diferenciación respeto a 2019, cuando obtenía un 79,2%. Le sigue Aldi, con un 75,4% frente al 69,1% registrado en 2019. Mercadona, en este caso, se sitúa en tercera posición, con un 74,5% frente al 64% de 2019. Posteriormente, se encuentra DIA, con un 58,2% y un incremento frente a 2019, cuando obtuvo un 47,4%.
Algunos establecimientos han registrado durante el período analizado un fuerte incremento en la venta de marcas blancas. Destaca Carrefour, que ha pasado de registrar un 23,8% al 31,3%, pero también Alcampo, desde el 18,2% hasta el 24,2%.
La gran mayoría de establecimientos están potenciando sus marcas blancas en el contexto actual. La patronal Promarca ha señalado que este hecho ha provocado que algunos distribuidores releguen los productos de algunas referencias de marcas de fabricante a un segundo plano.
Cabe reseñar otro dato registrado en el estudio de Kantar, que señala que las promociones de las marcas de distribuidor han crecido un 27% en el período 2019-2023, frente a las asociadas a las marcas de fabricante, que han descendido un 11%.