El Corte Inglés se encuentra en un proceso de impulso de su negocio. La firma de grandes almacenes se encuentra en un contexto de reposicionamiento en el mercado y estudia nuevas aperturas en España en varias divisiones de negocio ante la previsión de un auge en el consumo durante 2024.
Junto con las aperturas de establecimientos con su firma tradicional, la firma también ha puesto en marcha un plan de crecimiento que impulsará su negocio de alimentación.
El objetivo de la empresa, explicado en un informe presentado ante el Marf ante la renovación de pagarés por 1.200 millones de euros, se encuentra en la ejecución de un "ambicioso plan de crecimiento en el área de alimentación que incluye la apertura de nuevos locales aumentando significativamente la presencia en tiendas de proximidad".
El proceso incluye, de este modo, una transformación tras el traspaso de 47 supermercados de Supercor a Carrefour para apostar por establecimientos de mayores dimensiones y, de este modo, llevar la enseña Supermercados que incluye en el interior de sus grandes almacenes a pie de calle.
Los establecimientos se ubicarán en locales entre 2.000 y 2.500 metros cuadrados de superficie y tendrán un tamaño similar a cadenas de la competencia como Mercadona. Este modelo ya se ha implantado, con la primera apertura en Sotogrande (Cádiz). También se prevén nuevas aperturas de supermercados de la marca Supercor entre 800 y 1.500 metros cuadrados para desarrollar su parque de tiendas en el sector de la alimentación.
"Mayor vigor"
En el folleto de emisión de pagarés, la enseña explica que, a partir del inicio de 2024, se espera "que la actividad recobre un mayor vigor" y circunscribe este escenario a varios factores: "La recuperación del contexto exterior, la mejoría de las rentas reales de los hogares -con el trasfondo del descenso de la inflación en el transcurso del año- y de la prevista aceleración en el despliegue de los proyectos de inversión vinculados con el programa europeo Next Generation EU".
El grupo de grandes almacenes insiste en algunos riesgos relacionados, en todo caso, con la confianza, el poder adquisitivo de los consumidores y el gasto, en concreto, "las condiciones económicas que afectan a la renta disponible de los consumidores", así como la "disponibilidad de crédito al consumo, los impuestos y los costes de combustible y energía".