La progresiva pérdida de poder de Dimas Gimeno y su salida tras la celebración de un polémico consejo de administración, están llevando a toda una revolución en la estructura de la compañía del triángulo verde.
La compañía está modificando su estructura, con movimientos como la fusión con Hipercor (que promete el cierre de sus hipermercados en un futuro próximo), la venta de activos inmobiliarios innecesarios y, por el contrario, potenciar el alquiler de sus centros en propiedad en detrimento de las marcas propias.
A todo ello, los nuevos consejeros delegados Jesús Nuño de la Rosa y Victor del Pozo se enfrentan a algunas debilidades de la enseña, como la falta de conexión con los jóvenes o la espiral del 'efecto Mercadona', es decir, ajustar los precios en el sector de distribución alimentaria que ya se materializó en el lanzamiento (no sin conflictos internos) de la enseña 'Aliada'.
Este debate entre mantener la imagen de 'lujo asequible' y acceder a las masas, en una sociedad que es más consciente del precio que paga por cada artículo, forma parte del eje de una compañía obligada a reinventarse.
Por otro lado, cabe añadir la cierta congelación que están registrando en materia de beneficios, que ha llevado a poner en venta la división de Informática, que podría recabar en una empresa mexicana, Sixsigima Network, por un total de 400 millones.
Una deuda millonaria y bonos basura
Estos planes de desinversión se suman a la reciente calificación que las agencias Standard & Poor's y Moody's han lanzado este viernes 21 de septiembre sobre sus bonos. En concreto, colocan a la compañía de grandes almacenes en el primer escalón del grado especulativo, es decir, bono basura. Es cierto que no alcanza el grado de inversión, pero el resultado ha sido positivo para una compañía que ha registrado todo tipo de conflictos internos y acusaciones de corrupción interna en el área de informática corporativa.
Según ambas firmas, a las debilidades antes señaladas, se suman el gran reconocimiento y relevancia social de la marca; así como la solidez que aporta mantener una gran cartera de inmuebles bajo propiedad. Pero, por el contrario, marcan como debilidades su escasa internacionalización y la enorme competencia en su sector.
La cartera inmobiliaria, ciertamente, es valor seguro en un momento en el que el precio del suelo comienza a crecer. Pero, sin embargo, los analistas advierten de que volvemos a enfrentar una nueva burbuja y esto, unido a que el 98% de su negocio se encuentra localizado en nuestro país, dificulta mucho las cosas.
Bonos sénior y ratio Debt/Ebitda
El patrimonio inmobiliario, mientras tanto, es el principal soporte para que la empresa salga a flote. Si tenemos en cuenta el ratio Debt/Ebitda (es decir, la deuda frente a los ingresos anuales antes de impuestos y cargas fiscales), nos situaríamos en un ratio de 3.757 millones a cierre de ejercicio fiscal frente a 1.054 millones.
El ratio, por tanto, es de 3,6 veces. Cuanto mayor sea este número, significa que la sociedad cuenta con menor solidez para afrontar sus deudas y esto también está afectando al interés de su deuda: es inferior al 2,4%.
Además, los bonos que están lanzando (y que después explicaremos) pertenecen a la categoría sénior. Esto significa que únicamente cuentan con el aval de los grandes almacenes y no de otras instituciones. Es decir, una apuesta arriesgada, ya que todo queda basado a la confianza que suscite la empresa entre los compradores.
El ladrillo: bueno y malo a partes iguales
Tinsa cifró, en un informe de 2015, que la cartera inmobiliaria del grupo se sitúa en 16.875 millones de euros. En estos últimos tres años se han realizado desinversiones, con cierres de centros como los situados en Plaza Cataluña (Barcelona), Puerta del Sol, Calle Serrano o el próximo de la Calle Princesa (todos en Madrid).
Todos estos centros, sin embargo, se encuentran en los ejes 'prime' de las grandes ciudades, es decir, las calles más cotizadas. El ejemplo más reciente se encuentra en la sede de Hogar en Princesa, vendida por 100 millones al grupo Corpfin.
A pesar de todo, la enseña de grandes almacenes registra serias pérdidas en algunos centros abiertos en pleno crack financiero, como los situados en Arroyosur (Leganés), Bahía de Cádiz o Talavera de la Reina. Y estos, por el contrario, son muy difíciles de vender.
En este sentido, la nueva directiva está planteando dos vías: reconvertir los centros en outlets o ceder plantas a grandes enseñas que quieran realizar una expansión rápida y con poco riesgo a través de España, como ya se planteó con Primark o Uniqlo.
Es la única salida, pero entraña igualmente riesgos. Es cierto que Primark siempre es valor seguro en cualquier región, pero parte de la vieja guardia considera que desvalorizaría a la enseña. Y, además, cabe plantearse cómo ofrecer el alquiler de un espacio comercial en un centro que reconoces que no ofrece rentabilidad.
Desembarco en Irlanda y acusaciones de falta de transparencia
En mitad de todos estos hechos, El Corte Inglés ha decidido llevarse una emisión de bonos valorada en 600 millones rumbo a Irlanda. La decisión es llamativa, ya que el 98% de su negocio se encuentra en España, un pequeño porcentaje se encuentra en Portugal y el mínimo restante se internacionaliza a través de la marca Sfera, a través de una sociedad independiente localizada en la misma sede de la Calle Hermosilla de Madrid.
Sin embargo, el conflicto se encuentra en materia de transparencia. Su intención previa era lanzar esta emisión en Madrid, a través del MARF, un mercado alternativo con requisitos de información mucho menos estrictos. Allí ya ha colocado, antes de estos bonos, unos pagarés por 500 millones, pero ahora ha desechado esta posibilidad.
La intención es muy clara. La enseña del triángulo verde ni siquiera dudó a la hora de rechazar su presencia en el AIAF, el mercado oficial de renta fija y que requiere el registro de folletos informativos de los bonos en la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Es decir, los grandes almacenes no tienen la intención de airear todos sus datos privados.
El órgano regulador, sin embargo, exige máxima transparencia en las gestiones corporativas, tras haber aprendido de las crisis de Bankia o los pagarés de Rumasa. El Ministerio de Economía, la CNMV y Bolsas y Mercados Españoles intentaron 'por activa y por pasiva' que esta salida de España no se produjese (por aquello de mantener la buena imagen como país atractivo para los inversores), pero sus peticiones no obtuvieron el resultado esperado. Aunque hay hueco para la esperanza: ADIF ya realizó una operación similar previamente.
Hacienda ha advertido, sin embargo, de los problemas que entrañaba la falta de transparencia, sobre todo a la hora de adquirir acuerdos con nuevos inversores. La enseña se marcha ahora a Irlanda y a un mercado que, al igual que el MARF, cuenta con baja transparencia. Desde su consejo de administración aseguran que seguirán tributando en nuestro país y se encuentran en proceso para, tras un largo proceso, ingresar en el IBEX35.
En defintiva, la firma continuará con las maletas viajando por toda Europa en búsqueda de inversores para sus bonos en Irlanda, pero tributará todos los beneficios obtenidos en las tiendas en nuestro país.
Proceso de internacionalización
De puertas hacia dentro, el nuevo consejero de administración no oculta su intención de salir fuera de España para extender el negocio. Este proceso se podría realizar, sobre todo, a través de su canal online, un sector en el que competidores como Macy's llevan la delantera.
En España se encuentran desarrollando este sistema de manera paralela a empresas como Zara, que emplean la omnicanalidad a la hora de conseguir apurar los plazos de entrega al máximo y reducir costes (es decir, combinar la venta online con la entrega en tienda, por ejemplo).
En cuanto a cuota de mercado, la firma española cuenta con una oportunidad muy interesante. La caída de la venta presencial y las políticas antiglobalizadoras de Estados Unidos están haciendo que las posibilidades de Macy`s se vean reducidas. Este hueco queda libre y la española tiene oportunidades en adelantarse al resto de competidores.