Los planes de El Corte Inglés para reducir su deuda de 3.600 millones de euros y equilibrar sus cuentas han encontrado el aprobado por parte de los inversores, que le han concedido el ansiado grado de inversión. Los seis cierres que se han anunciado hasta la fecha permiten atajar la crisis mediante el valor más importante de la compañía, el ladrillo en propiedad: las agencias sitúan su valor en más de 17.000 millones.
Pero no todo se basa en este tipo de actuaciones. La actual dirección encabezada por Marta Álvarez y en la que su predecesor Jesús Nuño de la Rosa tiene mucho que decir, saben que el modelo de negocio necesita un giro de 180 grados que se experimentará en el recién clausurado centro de Arroyosur, que será reconvertido en un espacio de ocio y restauración muy alejado del modelo de gran almacén.
En esos planes también se enmarca el estudio de dos líneas de negocio que suponen todo un hachazo en las perspectivas del grupo: Hipercor y Bricor. Mientras que la primera ya ha sido absorbida por la matriz y se espera reconvertir en supermercados a largo plazo, la segunda lo tiene más difícil: también será absorbida en la Junta de Accionistas del 25 de agosto y su futuro es completamente incierto.
Precisamente, el 'golpe de efecto' que experimentará Bricor durante lo que queda de verano es importante: habrá, al menos, cuatro cierres de establecimientos en toda España. Serán los situados en El Faro (Badajoz), Bahía Sur (Cádiz), Los Arcos (Sevilla) y Arroyosur (Leganés). El centro de Badajoz, una nave de 6.000 metros cuadrados abierta hace cuatro años y última en subir la persiana con esta marca, es el caso más paradigmático de los quebraderos de cabeza que produce Bricor en la sede de la calle Hermosilla.
Una marca que nunca dio beneficios
Bricor nace como un parche con el que los socios del expresidente de El Corte Inglés, Isidoro Álvarez, intentaron a toda costa evitar sus intenciones de comprar Leroy Merlin en España.
La apertura del primer centro, en Alcalá de Henares, se produjo en 2006, precisamente en pleno boom inmobiliario. Entonces, el sector de la construcción era toda una mina llena de beneficios que estalló en 2008 y que, desde entonces, ha dejado todo un sector completamente paralizado.
Desde su creación en 2006, Bricor ha sido la única división del grupo que no ha generado beneficios en ninguno de sus ejercicios. Con la actual deuda, más de un hombre de aquella etapa podría pensar qué habría sido de El Corte Inglés en el caso de haberse hecho con un gigante de la talla de Leroy Merlin en España.
¿Cerrará Bricor definitivamente? No hay constancia todavía ya que, al igual que Hipercor, los consumidores pueden generar una vinculación a la marca que, al desaparecer, podría dañar las perspectivas de cara a retener a esos compradores. Los precedentes en este sentido son amplios y, en este caso, se suman las reticencias en el consejo a la hora de mostrar abiertamente la crisis que vive el grupo.
Eso sí, todo apunta a que el futuro de los centros de la marca construidos de manera independiente tienen los días contados. Quizás, el futuro quede relegado a córneres dentro de los centros comerciales. Este será, sin duda, uno de los cientos de retos que le esperan a Marta Álvarez en los próximos años para salvar a una empresa sistémica que emplea a casi 100.000 trabajadores en nuestro país.