El Corte Inglés se encunetra en pleno proceso de cierre y reforma de centros comerciales con el objetivo de equilibrar sus cuentas, por lo que está clausurando varios establecimientos a lo largo de todo el país para adaptarse a los nuevos tiempos.
El último centro comercial afectado es El Corte Inglés de Linares. Se trata de un centro comercial de siete plantas, tres bajo rasante, que la firma clausurará el próximo 1 de marzo. A pesar de todo, El Corte Inglés asegura que esta cierre se ejecutará "de manera temporal", sin especificar qué implica para el futuro de este establecimiento por dos motivos: no se habla del tiempo de esta temporalidad ni del proyecto para este centro. Con otros centros como Arroyosur el cierre temporal deja dos años de instalaciones abandonadas a su suerte.
La firma asegura que analizará de manera individualizada con cada uno de los alrededor de 230 trabajadores que emplea en Linares la posibilidad de recolocación en otros puestos de trabajo. La decisión ya ha sido comunicada al comité de empresa. El último día de venta al público será el próximo 27 de febrero.
Varios cierres en las últimas semanas
El cierre de Linares se une al de Francesc Macià, ejecutado el pasado 16 de enero, que El Corte Inglés abandonará definitivamente para ser transformado en oficinas y tiendas por parte de otro operador.
También en las últimas semanas se ha ejecutado el cierre de El Corte Inglés de Arapiles, en Madrid capital. Este centro ha tenido mejor suerte, puesto que su futuro se ha asegurado al transformarse en un espacio de Outlet de temporadas pasadas a través de una reforma que, en principio, permitirá mantener todos los puestos de trabajo junto a varias recolocaciones.
El Corte Inglés de Linares todavía es propiedad de la firma de grandes almacenes, por lo que no se descarta cualquier posibilidad. Abrió sus puertas en 2002 y fue un repulsivo para los pueblos vecinos al constituir la localidad en un polo comercial para la zona. Este cierre supone ahora un auténtico varapalo para la economía de Linares, opina el alcalde y los vecinos, puesto que deja en una situación de incertidumbre a más de 200 empleados y los comerciantes de las zonas cercanas que se beneficiaban de los consumidores que atraía el centro comercial.