El juicio se había fijado para las nueve y media de la mañana, pero no fue hasta tres horas después cuando se escuchó la voz de José Enrique Abuín, 'El Chicle', por primera vez. Durante esas tres horas se congregaron un centenar de personas ante las puertas del salón de bodas de los juzgados, entre ellos Eli, la madre de una chica a la que 'El Chicle' intentó secuestrar en Boiro.
También está Juan Carlos Quer, el primero de la familia en llegar. Más tarde, en la sala ya espera el acusado, el juez, las partes y el jurado. Juan Carlos se coloca el último y camina despacio hacia el interior.
Primeras declaraciones
Es entonces cuando escuchamos a 'El Chicle' por primera vez, con una barba más que cuidada y con una voz ronca y afónica con la que asegura haber ido a por Diana "por miedo" a que le delatara. Según él, temía que Diana fuera una de las gitanas feriantes que le había visto con cuatro garrafas de 25 litros de gasoil, llenas hasta los topes, que estaba robando a los responsables de la feria de A Pobra do Caramiñal. No quería que le delatara, y por ello cuando se encontraron de frente, se dirigió hacia ella.
"Entendí que me iba a delatar porque me vio. Pensé que era una gitana. Le eché la mano derecha al cuello. Y luego la mano izquierda por detrás de la cabeza. Y cuando me di cuenta... Vi que estaba parada. Que no se movía. Lo primero que hice fue cogerla y llevarla hacia el coche. Mi intención no era matarla. Sé que lo hice mal, pero reaccioné así", declaró el acusado desde el lado izquierdo de la sala, completamente inmóvil y con la mirada caída. Y así continuó durante la hora en la que se prolongaron las intervenciones iniciales de las partes, durante la lectura de los escritos de acusación y durante la intervención de la fiscal, Cristina Margalet.
Ricardo Pérez Lama, el letrado que representa a la familia, decidió comenzar con lo siguiente: "Ustedes van a tener que preguntarse cuál fue el móvil del crimen. Y ese era atentar contra la libertad sexual de Diana. Las circunstancias apuntan todas en la misma dirección. Diana aparece totalmente desnuda. Y con las piernas extrañamente abiertas. No da una explicación razonable ni razonada el acusado".
En el interrogatorio, la fiscal no dudó en preguntar a 'El Chicle' cómo pudo matar a Diana con una sola mano, a lo que él afirmó poder levantar su peso "solo con dos dedos de cada mano".
"Mi primera intención era dejar el cuerpo en la ría. Pero continué porque había gente en el muelle. Saqué el cuerpo del coche y lo bajé al lado del pozo. Bajé las escaleras que hay y bajé al pozo. Esa nave tiene tres plantas. Tiene otro nivel más arriba. yo entré en la planta de en medio. Bajé las escaleras al sótano y dejé el cuerpo al lado del pozo". Mientras narraba su historia, la magistrada insistió en la violación: "¿Y no es cierto que llevó a Diana viva hasta ese sótano y que la violó?". Según Abuín, no lo hizo. Admite que le quitó la ropa "por miedo a que quedaran restos de ella en el coche", basándose en que en su coche viaja mucha gente, como su mujer. "Era una blusa, un niki y un pantalón corto. La ropa interior no se la saqué porque no estaba en contacto con el coche". Añade, además, que metió la ropa detrás del asiento del copiloto, y que cuando iba a salir de la nave con el coche se percató de que el bolso también estaba en el asiento. Por lo que volvió a bajar al sótano y lo tiró también al pozo.
'El Chicle', sereno y sin inmutarse
La fiscal fue la primera que se dirigió al jurado, y dividió el caso en tres fases: la noche del crimen, el año y medio posterior y, finalmente, el hallazgo del cadáver de Diana.
Comenzó describiendo los hechos de esa noche del 22 de agosto de 2016, el rapto, el recorrido del asesino hasta la nave industrial, el modo de ejecutar el crimen, el ocultamiento del cadáver durante más de año y medio, su conducta tras ello, la confesión, el hallazgo del cuerpo en el pozo, con el tanga y el bolso de Diana flotando en el agua, y así el resto de sus pertenencias.
'El Chicle', lejos de parecer conmocionado, ni se inmuta. Su rostro parece el de un ser inerte, y el letrado de la acusación prosigue con la explicación, enfatizando la agresión sexual. El letrado que es, ni más ni menos, Ricardo Pérez Lama, un hombre con una gran reputación y carrera, que tiene mucha experiencia en este tipo de casos. Representó legalmente a la Asociación Clara Campoamor en el caso del asesinato de Asunta Basterra, y sentó a los padres en el banquillo, además, también fue partícipe en el juicio del hombre que asesinó a su hijo con una pala en Oza-Cesuras hace dos años, que ahora está condenado a prisión permanente revisable.
"El acusado acechó y arrastró a Diana. La llevó a un almacén. Y allí, la violó y la mató. Así de crudo, señores del jurado". Proseguía el letrado. Abogó, además, a lo ocurrido con José Enrique Abuín y su cuñada, que le había denunciado previamente por agresión sexual. "Buscaba impunidad. Buscaba deshacerse del cadáver, ocultarlo. Eliminar pruebas. Al cabo de veinte días volvió a esa nave y volvió a sumergir el cuerpo de Diana. Y por eso pedimos la condena de prisión permanente revisable", concluyó Pérez Lama.
Una vez fuera, durante el receso, los padres de Diana Quer salen por separado junto a sus amigos y familiares, padres que ahora cruzan dos guerras: una ante José Enrique Abuín, y otra contra ellos mismos, que no se cruzan, ni se miran, ni se hablan.