Si hay un país en Eurovisión abonado a la mujer solista con canción étnica ese es Azerbaiyán. Desde su llegada al festival en 2008, hasta en siete ocasiones apostó por una solista femenina, aunque curiosamente su única victoria llegara con un dueto, el de Ell & Nikki en Düsseldorf 2011.
De cara a 2020, su proceso de selección ha sido similar al de otros años, siendo una de las últimas delegaciones en anunciar su selección interna. En esta ocasión, los azeríes apuestan por una cara conocida en el país, la natural de Baku Samira Efendi, la que interpretará en el Ahoy Arena 'Cleopatra', una composición pop curiosamente elaborada por los neerlandeses Luuk van Beers, Alan Roy Scott y Sarah Lake.
Cleopatra, que ya oyéramos de manera filtrada en una maqueta cantada por Senhit, representante de San Marino este año, es lo que se conoce en el argot eurofan como un bop. Nos encontramos la típica canción pop explosiva de estribillo machacón y propensa al baile, que será la delicia del Euroclub en Rotterdam y de cualquier fiesta eurovisiva que se precie. Sin embargo, ¿Es competitiva? Lo analizamos.
Un pop movido bien diferente al resto
No estamos en el año de las divas de pop movido. Viendo como canciones como 'Me Tana'en Albania, 'Andromeda'en Italia o 'Ciccliolina' en Finlandia se han quedado en la lona, la guerra por ser la diva suprema en Rotterdam se ha quedado en terreno de Armenia Serbia, Israel, Letonia y quizá Grecia, aunque esta con un marcado toque más teeneager.
A esta guerra se ha sumado a última hora Samira Efendi con un pack de manual que se intuye nada más ver el vídeo. La canción invita a una puesta en escena explosiva y un baile marcado, pero curiosamente es esa mezcla de sonidos étnicos y electrónicos los que le dan una ventaja competitiva frente a otras candidaturas similares como la armenia o la serbia.
'Cleopatra' se atreve a mezclar el clásico sonido azerí con intervalos propios de la música electrónica, para acabar con un estribillo que pasaría perfectamente por una canción árabe o israelí de los primeros ochenta con un toque dubstep. Junto a ello, aún caben intervalos donde suena un león o donde la propia Efendi se atreve a rapear. Todo, en 180 segundos.
Éramos de los que creíamos que en este estilo musical estaba todo inventado, pero Azerbaiyán este año nos enseña que aún se puede sobrecargar más este tipo de apuestas, las que o te apasionan o te horrorizan, no hay término medio.
Encuadrada en la primera semifinal, la que ya podemos considerar la más complicada, se verán las caras los azeríes con apuestas como la israelita, aunque sus grandes rivales han acabado actuando el jueves. Su pase a la final dependerá de ver hasta que punto se acierta desde Baku con una puesta en escena que dé forma a este batiburrillo de estilos y estímulos que no te deja indiferente. Que 'Cleopatra' acabe reinando o no, dependerá de como luzca en el Ahoy.