El LSD, tambien conocido como tripi, es una de las drogas ilegales más consumidas en la actualidad. Se obtiene del hongo llamado cornezuelo del centeno y sus efectos se notan tras consumir tan solo 15 microgramos.
Esta sustancia afecta principalmente al sistema nervioso y aunque sus consecuencias varían en función de la dosis suministrada, el estado anímico o el ambiente, los principales síntomas asociados a su consumo son la dilatación de las pupilas, sensación de escalofríos, aumento de la frecuencia cardiaca y sudoración, entre otros efectos.
Pero el LSD no afecta solo al físico, sino que la salud mental también se ve gravemente afectada y el individuo puede sufrir alucinaciones y paranoias que afecten a los sentidos sensoriales y perceptivos. Además, se distorsiona la percepción del tiempo y el espacio y se pueden llegar a experimentar múltiples estados de ánimo simultáneamente.
Aunque la experiencia de tomar esta sustancia es definida coloquialmente como "buen viaje", existe la posibilidad de que el viaje no sea tan bueno, ya que puede llegar a producir comportamientos excéntricos o desesperados por sufrir pánico, miedo o una sensación de amenaza que puede llegar a ser mortal.
El LSD en el sexo
¿Qué ocurre cuando se practica sexo tras haber consumido LSD? Algunas personas dicen haber mantenido experiencias sexuales placenteras bajo los efectos de esta droga ya que aumenta el rendimiento sexual y la cercanía emocional, ya que sus efectos estimulantes pueden hacer aumentar el erotismo y la excitación.
Sin embargo, lo más frecuente es que tener sexo resulte imposible bajo los efectos de esta droga, ya que las alucinaciones pueden llegar a dificultar la erección.
Además, esta sustancia puede causar que las personas que mantienen una relación sexual no quieran ser tocadas ni siquiera rozadas, complica la protección durante el sexo ya que el individuo no es consciente de sus actos, y puede generar malformaciones en el feto en el caso de embarazo.
Las personas asiduas a consumir LSD durante el sexo son propensas a sufrir un efecto conocido como 'flashbacks' en el que se experimentan las alucinaciones propias de esta sustancia hasta meses después de haberla tomado.