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Los efectos que genera en tu cuerpo los vuelos de larga distancia

Varias partes de nuestro organismo pueden verse afectadas por los vuelos a larga distancia, por lo que se debe de estar alerta.

Los efectos que genera en tu cuerpo los vuelos de larga distancia

Los viajes de larga distancia pueden tener efectos perjudiciales en nuestro organismo. Volar a una gran altura, los cambios de presión atmosférica y la gran cantidad de horas sin movimiento son algunos de los factores que pueden acarrear un impacto en el funcionamiento de nuestro cuerpo, por lo que es conveniente conocer estos daños para poder paliarlos.

Jet lag

El principal y el más conocido por casi todos es el jet lag. Se conoce también como el síndrome de cambio rápido de zona horaria, y es un desequilibrio horario que se produce entre el reloj interno de una persona (el que marca los periodos de sueño y vigilia) y el nuevo huso horario en el que te estableces en un corto periodo de tiempo.

Los síntomas son variados, entre los que encontramos la alteración del sueño (el principal) fatiga, dificultad para permanecer alerta, malestar general, problemas gastrointestinales y cambio en estado de ánimo. Los efectos son temporales, aunque su duración depende de factores como la cantidad de husos que atravises.

Para poder paliar los efectos de este trastorno temporal hay varias recomendaciones que puedes seguir. Mantenerse hidratado, dormir durante el viaje, regular la exposición a la luz solar o ajustarse al horario nuevo antes de emprender el vuelo son algunas de las recomendaciones que puedes seguir.

Síndrome de la clase turista

Otro de los principales efectos es conocido como el síndrome de la clase turista. Este término acuñado en los 90 hace referencia al aumento de síntomas trombóticos que sufren las personas que pasan una gran cantidad de tiempo sentados en los vuelos de larga distancia. Estos síntomas se producen debido a la gran cantidad de tiempo que las personas pasan sentados sin moverse, lo que puede provocar la aparición de coágulos y acelerar la presión sanguínea.

Para evitarlo es recomendable ponerse cerca de los pasillos, para tener más libertad de movimiento, así como levantarse cada cierto tiempo para moverse y no cruzar en exceso las piernas para poder tenerlas lo más estiradas posible.

Deshidratación

La deshidratación es otro factor importante que se debe de tener en cuenta. La sequedad que hay en la cabina por los bajos niveles de ventilación y la utilización de aire acondicionado hace que esto se agrave, así como el exceso de sudoración que se llega a producir en estos casos.

Para poder enfrentarlo es recomendable mantenerse hidratado a través de la ingesta de agua y evitar el consumo de alcohol, así como la utilización de crema hidratante para la piel, que puede resentirse y presentar sequedad.

Dolores de oído y cabeza

Un problema muy recurrente suelen ser los dolores de oído y de cabeza, que vienen provocados por los cambios de presión a medida que subimos de altura. La cabina, a pesar de presurizarse para poder mantener una cierta estabilidad en el interior, se encuentra a alrededor de 0.8 atm (la presión en la superficie es de 1 atm). La baja presión de la cabina hace que el gas dentro de nuestro cuerpo se expanda y nos produzca dolores, así como el taponamiento de nuestros oídos. Una manera de remediarlo es mascando chicle, bostezando o hablando, para nivelar los niveles de nuestros oídos con los de la cabina.

Radiación solar

Por último, la radiación solar. La altura de alrededor de 24.000 metros a la que te encuentras en el momento del vuelo crucero hace que la exposición a la radiación solar sea mayor que en la superficie, debido a la menor protección atmosférica. Se podría comparar a la que se puede exponer cualquier paciente en una radiografía, por lo que en un principio no debería de ser tan importante.

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