Para acceder a una hipoteca, es fundamental pasar una serie de factores que los bancos tienen en cuenta para conceder los préstamos. Generalmente, se tienen en cuenta algunos puntos como los ingresos o la duración de los contratos, pero también hay otro factor muy importante: la edad de la persona que va a solicitar el préstamo.
Depende de la entidad con la que se va a solicitar el préstamo, pero hay una norma general, que la mayoría de entidades fijan los 75 años como edad máxima para haber devuelto un préstamo hipotecario. El Banco Santander, por ejemplo, extiende su límite de edad hasta los 80 años, mientras que el BBVA lo adelanta hasta los 70 años. Se trata de un límite de edad que se establece teniendo en cuenta que generalmente el plazo de amortización máximo se encuentra en 30 años, aunque algunas entidades lo pueden alargar hasta los 40 años.
Ateniendo a estas líneas, los bancos consideran que los 45 años son la edad máxima para cumplir con dichos parámetros, ya que el período de amortización se mantiene en los 30 años y se cumple con la edad máxima para la devolución del préstamo concedido.
A partir de dicha edad, las entidades empiezan a poner mayores dificultades para conceder hipotecas, aunque es posible conseguir que aprueben su concesión. Todo depende del estudio previo que realicen las entidades. Si el solicitante tiene 60 años, solo tendrá 15 años para pagar el préstamo, la mitad de lo normal para cumplir con el límite de 75 años.
De esta forma, las cuotas mensuales serán más elevadas y solo podrá asumirlo con un perfil de ingresos estables, una capacidad de endeudamiento suficiente y un historial de créditos libre de impagos. Otra variable importante es que, en caso de que tenga una pareja o matrimonio que solicita una hipoteca conjunta, si un miembro es más joven que el otro, se podrá utilizar su edad para fijar el máximo de devolución.
Edad máxima
Con todo ello, se puede concluir que la mayoría de los bancos fijan como edad máxima para conceder hipotecas los 75 años, ya que independientemente de la edad a la que se paga el préstamo, se debe pagar a su totalidad al cumplir los 75 años, algo que dependerá de la capacidad económica del solicitante para pagarlo.
Hay que tener en cuenta que los gastos se dispararán al afrontar cuotas elevadas y que el Banco de España aconseja no destinar más del 30% de los ingresos mensuales al pago de una hipoteca, aunque el porcentaje se puede elevar al 35% en caso de no tener otras deudas.
Por ejemplo, en el caso de un comprador que gana 2.000 euros netos mensuales, lo ideal es que su hipoteca no supere entre los 600 y 700 euros mensuales. Además, es recomendable tener ahorrado el 30% del precio del inmueble para pagar la entrada y los gastos de la hipoteca.
