La ecosexualidad significa hacerle el amor al planeta y se le puede hacer de varias formas; tanto metiéndote un pepino por tus partes más íntimas como oler flores y llegar al orgasmo. Las personas que lo practican no son pocas, 15.000 en todo el mundo, que pasan gran parte de su tiempo frotando sus genitales contra piedras, césped o árboles o que acarician la tierra y se excitan.
Las precursoras de esta forma de entender la vida y de sentir la naturaleza son dos mujeres que son pareja sentimental y artística, Beth Stephens y Annie Sprinkle, y es que en 2008 se declararon ecosexuales a través de un video en el que se casaban con la Tierra. En él comían arena, se masturbaban con ella, chupaban árboles o se frotaban contra las piedras de los ríos. Pero no sólo consiste en tirarse a la naturaleza, sino que también es "una estrategia de activismo medioambiental y un concepto ampliado de lo que el sexo podría ser en nuestra cultura. Los ecosexuales imaginamos a la Tierra como nuestra amante, nuestra compañera romántica y la experimentamos de una manera sensual, erótica y sexy", aseguró Sprinkle a Código Nuevo.
En la página web de las precursoras del movimiento se describen como "acuófilas, terrófilas, pirófilas y aerófilas". También explican que abrazan árboles sin pudor, así como que masajean la tierra con los pies y hablan de manera erótica a las plantas.
"La Tierra puede ser trans"
La sexóloga y terapeuta de parejas Núria Jorba, cuenta en el mencionado medio que la ecosexualidad es una filosofía que se basa en el ecologismo y el veganismo que utiliza el sexo para "conectar con la naturaleza a través de nuestros cinco sentidos". Por eso, da igual si eres gay, lesbiana, bisexual o hetero, que puedes ser ecosexual sin ningún problema, o por lo menos así lo aseguran en el manifiesto ecosexual. Incluso sus precursoras garantizaron en una entrevista en The Guardian que para los ecosexuales la Tierra puede ser 'trans', además explicaron que ecofeminismo, que surgió entorno a la Tercera Ola feminista, es parte fundamental del movimiento ecosexual.
Y es que según cuentan las artistas, los hombres que dirigen las grandes empresas que contaminan "se creen con el derecho de abusar de los recursos del planeta" porque imaginan la Tierra como "ella" y "creen que es menos importante que él". Por otro lado, a la hora de fijarse en alguien, los ecosexuales tienen muy en cuenta que la otra persona sea respetuosa con el medioambiente. Y una vez tienen claro en quién se han fijado, las relaciones sexuales también tienen que respetar el medio ambiete, por ejemplo no se acostarán con la luz encendida, compartirán ducha o utilizarán ecolubricantes.
