Estados Unidos afronta la carrera electoral, en la que Donald Trump acusa a la candidata y vicepresidenta, Kamala Harris, de "marxista", a la vez que defiende un programa ultraliberal tendente a fuertes recortes sociales y bajadas radicales de impuestos.
Sin embargo, los datos en la economía chocan con su discurso. Wall Street ha recogido positivamente la fuerte creación de empleo en septiembre, que ha supuesto más de 254.000 empleos en el país en solo un mes, superando todas las expectativas, fijadas en 140.000 trabajos como tope (en agosto hubo un crecimiento de 159.000 empleos y también se revisó al alza).
Además, la tasa de desempleo se ha situado en el 4,1%, un descenso mensual que no excluye una subida de los salarios de los trabajadores del 4% durante el último ejercicio, frente a una inflación del 2,5%.
Estos datos han quedado plasmados en las bolsas de Estados Unidos, con subidas de un 0,25% de promedio, un dato discreto pero que supone crecer en plena crisis en Oriente Próximo y cuando estaban coqueteando con los números rojos.
Optimismo inversor y diferentes modelos
La realidad es que los buenos datos en el empleo suponen un impulso para la economía en general. Los analistas destacan la resiliencia que ha fortalecido la política aplicada y genera optimismo en los inversores para depositar su confianza en nuevos proyectos.
Además, se han reducido las expectativas respecto a una postura agresiva desde la Reserva Federal, de modo que se confía en la buena marcha del sistema.
El programa de Kamala Harris mantiene la línea respecto a la última legislatura, aunque refleja una tendencia más progresista respecto a su antecesor. Entre otros aspectos, incluye un incremento en el impuesto de sociedades hasta el 35%, para que esté situado igual que antes de la llegada de Donald Trump, que lo redujo hasta el 21% (Biden lo ha fijado en el 28%).
Kamala Harris recoge además el derecho a una vivienda asequible, con una Ley de Alviio del Alquiler con un crédito fiscal reembolsable para los inquilinos que anualmente gastan más del 30% de sus ingresos brutos en alquiler y servicios públicos. Además, defiende continuar en la condonación de la deuda estudiantil que afrontan los ciudadanos que han emprendido estudios universitarios.
Además, apuesta por encaminar a Estados Unidos hacia un sistema de seguro de salud respaldado por el Gobierno, aunque no ha llegado a defender la eliminación total de los seguros privados.
Por el contrario, el ex presidente y candidato republicano, Donald Trump, apuesta por un recorte drástico de impuestos y hacer definitivas las tasas que aprobó en 2017. Además, defiende más aranceles en una política proteccionistas y deportaciones masivas de personas migrantes, que los expertos creen que podrían afectar al déficit y aumentar la inflación.