La situación en Chechenia continúa siendo insostenible para los homosexuales ante la inacción de la comunidad internacional. Las denuncias que advierten de que la exrepública soviética ha creado campos de concentración para albergar a homosexuales cuentan con completas evidencias de que la situación no es una mera campaña de propaganda.
A todo ello se unen los relatos de las víctimas que han conseguido escapar de la barbarie que se vive en estos centros, completamente anacrónicos para encontrarnos en el siglo XXI. A pesar de que Rusia ha anunciado una investigación sobre los hechos, nada parece que vaya cambiar en Chechenia: Ramzam Kadyrov es el hombre fuerte de Putin en la región y el garante de que el país no se independice y abandone la influencia de Moscú. Y eso tiene mayor valor que cualquier cumplimiento de derechos humanos, derechos que, por cierto, tampoco respeta el Kremlin.
Al menos 26 personas ya han muerto como consecuencia de esta persecución dirigida contra todos los homosexuales del país. Todo comenzó cuando un colectivo quiso celebrar un Orgullo Gay en la capital, Grozni, y las autoridades se negaron. Los colectivos consideraron denunciar todo ante la Comunidad Internacional. Kadyrov no lo perdonó.
Ahora, el campo de Grozni es el centro de torturas, represión y un engranaje más del Estado para liquidar a todos los homosexuales (se prometió que esto sucedería antes del Ramadán). Muy pocos han podido escapar de la barbarie. Su relato nos da buena muestra de lo que allí sucede.
1 Persecución
Los relatos recogidos por Human Rights Watch nos muestran la persecución orquestada desde el Gobierno: "Era como una cadena. Consiguen a una persona, cogen su teléfono, le torturan, le obligan a que diga nombres de otros gays, los atrapan, y así sigue la cadena...", ha relatado uno de los represaliados cuya identidad ha sido protegida por motivos evidentes.
"Cuando me cogieron, éramos cuatro (homosexuales) al principio; unos días después éramos más de 20. Por la noche, cuando nos quedábamos solos, les pedía que no delataran a nadie, porque cuanto más lo hicieran, más le torturarían, aquéllos que hablan, les torturan más duramente. Pero la tortura era dura y era casi imposible aguantarlo sin romperse y hablar". Una persecución que recuerda a los peores regímenes totalitarios desarrollados durante el siglo XX.
2 Torturas
Después de pasar por los centros de detención y de extraer toda la información posible, los agentes proceden a llevar a los homosexuales a campos como el de Grozni, del cual existen evidencias por las fotos de satélites y por relatos de personas que no tienen contacto entre sí y cuyos relatos coinciden demasiado.
"Entre nosotros, lo llamábamos el 'carrusel'. Ellos te ponían boca abajo y te daban golpes con tuberías. Después obligaban a otros gays a pegar a la víctima. Cada uno se llevaba unos 80 golpes. Y así funciona... tu cuerpo se volvía negro y morado", ha relatado este refugiado.
"Aprietan el botón, la corriente eléctrica te golpea y empiezas a temblar. Siguen subiendo la potencia y el dolor es insoportable, gritas y gritas y ya no sabes ni quien eres... Finalmente te desmayas, todo se vuelve negro, pero en cuanto vuelves a la consciencia, empiezan de nuevo. Cuando terminan contigo, oyes a tus compañeros empezar a gritar y gritar, el sonido de la tortura es todo el día y de algún modo, empiezas a perder la cabeza". El relato estremece y da buena cuenta de la situación que se está viviendo en este momento en el país. Los primeros refugiados ya han llegado a Francia, pero son muy pocos los que están consiguiendo escapar de la barbarie: los métodos de Kadyrov están siendo muy eficaces.
3 Colaboración de familiares
Ser homosexual en Chechenia no sólo supone una deshonra para la víctima: los familiares viven el suceso con miedo a ser señalados. La homofobia es tal, que muchos padres no dudan en matar a sus hijos para "limpiar" la mancha que todo ello puede suponer en sus expedientes.
En los campos de tortura también se están registrando episodios en los que los familiares acuden a disfrutar viendo cómo torturan a sus allegados. Una situación totalmente incomprensible: "Los oficiales nos llevaron a otro lugar y todos los miembros masculinos de nuestra familia estaban allí: padres, hermanos, tíos... Nuestra familia nos miraba y los oficiales nos gritaban, insultaban y humillaban", ha relatado este superviviente.
La colaboración de la familia era más que palpable: "Nos exigían que admitiéramos delante de nuestra familia que somos gays. Y tú sabes que si haces eso, probablemente te matarán y si no lo haces, te seguirán torturando aquí. Entonces los oficiales amenazaban a nuestros familiares, diciéndoles que traeríamos la vergüenza a nuestras familias, que esto es un conflicto de honor que habría que limpiar. No lo decían directamente pero sabíamos lo que querían decir", ha afirmado este represaliado, que tuvo la suerte de escapar.
4 Denuncias por genocidio ante la Corte Penal Internacional
Mientras tanto, tres asociaciones francesas a favor de los derechos de las personas LGTBI han decidido acudir a la Corte Penal Internacional para denunciar lo que consideran todo un genocidio contra la comunidad LGTBI.
En concreto, han sido las asociaciones Stop Homophobie, Mousse y Comité Idaho France los que han acusado a Kadyrov de ser "el arquitecto de un genocidio" y por ello han afirmado que él es el "responsable de los campos de tortura cuyo fin último es el de exterminar por completo a los homosexuales".
Además, han acusado a Rusia de ser cómplice de todo lo que está sucediendo en la región, ya que no hay que olvidar que Chechenia no es un estado independiente, sino una república federada más de Rusia. Mientras tanto, la purga contra los homosexuales continúa en Chechenia.