La multinacional Inditex, dueña de Zara se enfrenta a las complicaciones de operar en Argelia, un país con el que España lastra un enfriamiento de las relaciones tras el apoyo al reino de Marruecos en el conflicto del Sáhara Occidental.
A pesar de que Argel ha levantado las sanciones a nuestro país, las empresas españolas continúan encontrando complicaciones para operar en el país norteafricano. El mayor ejemplo se produce ahora, cuando Inditex se ha visto obligada a cerrar las 20 tiendas con las que operaba en el país mediante un franquicia por "dificultades operativas", según informa la compañía a sus clientes.
El cierre de Inditex se produce cuando se enfrenta a dificultades con la burocracia argelina para la importación de sus prendas. Cabe recordar que uno de los principales puntos fuertes del modelo de la compañía es la renovación constante del stock de sus tiendas, característico del 'fast fashion', que no puede ahora implementar por esta disputa.
En todo caso, la dueña de Zara enmarca este proceso como temporal y busca en estos momentos solucionar los problemas para reabrir en el país magrebí. La marca se había popularizado, especialmente, entre la población más acomodada, que ha interpretado el cierre como un paso atrás en la apertura de su sociedad.
Reacciones entre la opinión pública
La decisión de Inditex ha generado una oleada de reacciones en el país, que considera que los conflictos políticos pueden derivar en un daño en su economía o la apertura de su sociedad hacia el norte, en lo que algunos ciudadanos interpretan como un paso atrás.
Por el contrario, la prensa ha intentado derivar la atención asegurando que Inditex ha adoptado esta decisión por razones puramente económicas, intensificando un cambio de modelo de negocio hacia internet. Pero la realidad es que, aunque esto es verdad, Inditex no ha desaparecido por completo de ningún país.
Inditex tan solo ha abandonado dos mercados en su historia, y uno de los casos ya se ha revertido. El primero fue Ucrania, donde cerró todas sus tiendas ante la invasión de las tropas rusas en 2022, aunque ya han sido reabiertas en las zonas alejadas del conflicto.
El segundo país es Rusia, donde clausuró todos sus establecimientos tan solo un mes después de la invasión a Ucrania y en señal de represalia por la vulneración de todos los códigos internacionales por parte del régimen de Vladímir Putin. Su salida se produjo en línea con otras multinacionales de todo signo, como McDonald's, KFC o H&M, que ya no operan en el país.