La invasión de Ucrania que comenzó Rusia el pasado mes de febrero ha generado un fuerte temor a los efectos que podría desencadenar a nivel internacional. La posible implicación de terceros países y el posible error de cálculo que podría llevar a una agresión de Rusia en territorio limítrofe OTAN ha llevado a recordar historias del pasado, como Hiroshima y Nagasaki, con la pesadilla de una guerra nuclear a escala mundial, algo que podría llevar a que nuestra civilización quedara destruida.
En ese caso, ¿qué sucedería en el caso de que ocurriera una guerra nuclear a nivel regional o entre dos potencias, como Rusia o Estados Unidos?. En el caso de que el fantasma de la Guerra Fría finalmente se consumase, un grupo de científicos del clima de la Universidad de Rutgers, en Estados Unidos, han respondido a esa cuestión con una investigación en la que han estimado los efectos que seis conflictos nucleares a diferente escala tendrían en la producción de alimentos a nivel global.
Para hacer sus cálculos, se han basado en el arsenal que los países con armamento nuclear han declarado tener. Sus conclusiones han aparecido publicadas en la revista Nature Food y son estremecedoras. Hasta 2.500 millones de personas llegarían a morir como consecuencia de un conflicto nuclear entre India y Pakistán, mientras que si este tipo de guerra se produjera entre Estados Unidos y Rusia, las víctimas por falta de alimentos ascenderían a más de 5.000 millones, teniendo en cuenta que la población mundial se acerca a los 8.000 millones de habitantes.
Se trata del balance unos dos años después del conflicto, ya que la mayoría fallecería por el impacto de las hambrunas al cabo de un tiempo. Esto se debe a que la detonación de las armas provocaría la muerte directa de millones de personas, pero también a los grandes incendios que inyectarían en la atmósfera enormes cantidades de hollín que bloquearían La Luz solar que llega a la superficie terrestre, lo que limitaría la producción de alimentos.
Alan Robock, coautor y profesor de ciencia climática de la Universidad de Rutgers, señala con contundencia: "Debemos evitar a toda costa que ocurra una guerra nuclear". En este sentido, subraya la importancia de la cooperación global para impedirlo.
Las armas nucleares tienen efectos similares a las erupciones volcánicas, que tienen efectos devastadores en el clima y en la producción alimentaria. El volcán Laki, en 1783, por ejemplo, mantuvo una erupción durante ocho meses y causó grandes hambrunas y disturbios, acabando con la vida de 9.000 islandeses y más de la mitad del ganado del país, afectando a todo el continente europeo.
Seis escenarios
Los autores del estudio plantean seis escenarios posibles (cinco conflictos de distinta gravedad entre India y Pakistán y una guerra entre Estados Unidos y Rusia), calculando los efectos que sufrirían los países del mundo por el impacto que las nuevas condiciones climáticas derivadas del bloqueo atmosférico tendrían en los principales cultivos agrícolas (maíz, arroz, trigo y soja), así como en los recursos pesqueros y en el ganado. Después, utilizaron los datos para estimar el suministro global de calorías cuando se agotaran los alimentos almacenados.
Los autores del estudio argumentan que "incluso con medidas de mitigación, como la reducción del desperdicio de comida y la reutilización para consumo humano de cultivos que actualmente se destinan principalmente a alimentar animales y para fabricar biocombustibles", la producción de alimentos procedentes del mar y la ganadería no podría compensar la reducción de cultivos en la mayoría de países por los efectos de las armas nucleares.
Posteriormente, utilizaron estos datos para estimar el suministro global de calorías una vez se agotaron los alimentos almacenados. Para calcular la producción de comida, utilizaron una herramienta de predicción climática financiada por el Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR) llamada Community Earth System Model.
El estudio señala que cualquier detonación que genere más de cinco tragamos de hollín (5 billones de gramos) probablemente afectaría a la producción de alimentos en todo el planeta.
Incluso en una guerra entre India y Pakistán, la producción de calorías se reduciría en un 7% durante los próximos cinco años. En caso de una guerra a gran escala entre Estados Unidos y Rusia, se produciría una reducción calórica del 90% en los siguientes tres o cuatro años. Rusia o Estados Unidos restringirían sus exportaciones de comida, algo que afectaría especialmente a países muy dependientes, como los situados en África y Oriente Medio.
Se produciría una disminución del 7% en la producción global de cultivos que superaría a la mayor anomalía registrada por la Organización para la Agricultura y la Alimentación desde que realiza las mediciones, que ocurrió en 1961. En caso de una guerra entre Estados Unidos y Rusia, más del 75% del planeta moriría de hambre en dos años.
Otro estudio, liderado en 2020 por Jonas Jägermeyr, científico del Instituto Goddard de la NASA, preveía una caída de la producción de maíz y trigo de hasta un 13% globalmente, en un conflicto con la detonación dice 100 armas pequeñas entre India y Pakistán, un escenario que podría ser equivalente al ocurrido entre Rusia y alguno de los países de la OTAN.
Los escenarios de la guerra
Las estimaciones del estudio de la Universidad de Rutgers señalan varios escenarios de enfrentamiento nuclear. Las cinco primeras se fijan entre Pakistán e India, mientras que la última están situadas en una hipotética guerra entre Estados Unidos y Rusia.
- La detonación de 100 armas nucleares de 15 kilotones (kt) cada una mataría directamente a 27 millones de personas, y en los dos años siguientes causaría 255 millones de víctimas por falta de comida
- 250 armas de 15 kt: 52 millones de muertos directos y 926 millones en dos años
- 250 armas de 50 kt: 97 millones de muertos directos y 1.426 millones en dos años
- 250 armas de 100 kt: 127 millones de muertes directas y 2.081 millones en dos años
- 500 armas de 100 kt: 164 millones de muertes directas y 2.512 millones en dos años
- 4.400 armas de 100 kt: 360 millones de muertes directas y 5.081 millones en dos años