Si algo hay secreto en Eurovisión son las votaciones. Los votos de Europa son la salsa del festival, hasta el punto de que seguro que conocerás gente que ni ve una sola actuación pero se coloca las votaciones en la tele al acabar el festival. El minuto de oro suele siempre repartirse entre la actuación de España y el momento de los jurados, y por ello la UER no puede permitirse que se filtre nada.
Sin embargo, hay veces que alguna información termina cayendo en manos de los medios. Ha sido el caso de los votos del jurado bielorruso en Eurovisión 2019, el que nada más acabar el ensayo del jurado del viernes 17 de mayo se dirigieron a las redes sociales para comunicarlos.
Después de la publicación del tweet que prendía la llama en el jurado bielorruso, la UER decidiría expulsar al jurado, teniendo apenas 24 horas para encontrar una solución solvente que sustituyera las votaciones filtradas. La solución, sería sumar los cómputos generales de países vecinos a la propia Bielorrusia como son Armenia, Azerbaiyán, Georgia y Rusia, un proceso que terminaría por generar los votos que conocimos el sábado y que otorgaban puntuaciones fuera de lo común como los seis a España, diez puntos a Estonia o el único 12 que recibió Israel en el concurso. Y es que esto no había acabado.
Las votaciones, al revés
Si bien el gusto musical armenio o georgiano puede ser similar al de Bielorrusia, si esos gustos los lees al revés, de nada sirve. Y exactamente eso le pasó a la consultora Ernest & Young, encargada del estudio para revelar el televoto de Bielorrusia.
Pidiendo disculpas días después, la UER se quedaba en una encrucijada tremenda con el error, ya que dichas votaciones no solo afectaban a los países que habían sido votados y que perderían puntos, sino también a los que no recibieron lo que debían de recibir, hasta el punto de verse 23 países de los 26 con cambios sustanciales tanto en el top-5 como en el top-10.
El uso de sistemas informáticos y sondeos no es nada nuevo, y de hecho lo habíamos visto años atrás ya con microestados como San Marino, el que recurría algunos años a este método visto que el televoto no era factible por la poca muestra que reflejaba. Sin embargo, como en todo, para que funcione hay que hacerlo bien.
Macedonia se lleva el gran premio
Entonces, ¿Quién sale ganando y quién perdiendo? Pues la gran ganadora, sin duda es Tamara Todevska y su 'Proud'. Y es que la macedonia, luego de ver como su país se pasaba seis años sin pisar la final, consiguió ganar el jurado profesional, al superar en seis puntos al sueco John Lundvik.
Pese a todo, curiosamente el propio Lundvik perdería el honor de ganar el jurado pero ha ganado un puesto en el top-5, arrebatándoselo a una Noruega que sin los votos bielorrusos ha acabado siete puntos por debajo de los suecos.
Respecto a otros países, Chipre y Malta han subido dos posiciones con lla corrección de los votos finales, quedando ambas decimotercera y decimocuarta en detrimento de Francia y Eslovenia, que han descendido a la decimosexta y decimoquinta posición. Por debajo, la propia Bielorrusia ha ganado una posición, acabando vigésimocuarta al superar a Alemania. San Marino, también ha rascado una posición acabando decimonovena.
¿Y España?
Seguro que te lo estás preguntando, ¿España cómo ha acabado entonces? Seguro que habrás leído en prensa o redes sociales que a Miki le han robado seis puntos, pero lo curioso del asunto es que pese a todo, ha subido una posición en las votaciones del jurado.
Y es que al retirar los puntos bielorrusos, se ha consumado el drama de la anfitriona Israel, la que ha acabado con cero puntos del jurado. Al ver a Kobi Marimi y su 'Home' con un rosco, la ecuación es fácil: España ha dejado de ser la última del jurado gracias al punto que le daría Rusia.
Desde luego de nada sirve para un Miki que acaba Eurovisión 2019 con 54 puntos y la misma vigésimo segunda posición en la general, un resultado que no gusta a nadie, pero que seamos realistas, cuanto antes debemos asumir.
¿Acabará ya el drama de Eurovisión en Tel Aviv? Lo que se presumía como una edición a lo grande, ha acabado empañada con problemas geopolíticos, de organización y realización que han empañado un año de un más que notable nivel musical. Ojalá cuanto antes podamos empezar de Países Bajos, que ya toca, y por qué no, descansar un poco de un festival que nos ha dejado exhaustos.