Entre estas dos noticias la diferencia temporal que existe es de tan solo un día. En la primera se anuncia que la Fiscalía cree que no es un delito el hecho de que Rafael Hernando, político español y portavoz del Partido Popular, hiciera burla de las víctimas del franquismo; en la segunda, por otro lado, se afirma que Cassandra podría enfrentarse hasta a dos años y medio de cárcel por haber hecho chistes en Twitter sobre Carrero Blanco.
Hace ya un tiempo que salió a la luz el caso de Cassandra, una chica murciana muy activa en Twitter que realizó chistes sobre el asesinato de Carrero Blanco, presidente del Gobierno franquista. Entre algunos de esos tweets que han llevado a Cassandra ante la Justicia estaban "ETA impulsó una política contra los coches oficiales combinada con un programa espacial", o "Kissinger le regaló a Carrero Blanco un trozo de la luna, ETA le pagó el viaje a ella". Estamos hablando, pues, de chistes, de humor negro; es un tipo de humor que puede ser considerado más o menos perjudicial, pero que no podemos negar que se cataloga como humor. No hay nada de amenaza en esos chistes, nada que pueda enaltecer el terrorismo. No obstante, no es esto lo que pensó la Fiscalía que, en un primer momento, quiso que Cassandra se enfrentara a una pena de dos años y medios de prisión, y ocho años y medio de inhabilitación.
El caso fue controvertido, pero aún más lo va a ser ahora que se ha descubierto que Rafael Hernando no va a ser penado por sus controvertidas declaraciones. En este caso, Hernando, portavoz del Partido Popular, no se encontraba dentro del ámbito humorístico. Él se burló abiertamente de las víctimas del franquismo, asegurando que estaban "todos los días con los muertes para arriba y para abajo", y que ese era "el entretenimiento de algunos". Despreció totalmente una lucha que para algunos supone el saber dónde están enterrados su padres, qué pasó con sus familiares cercanos, o dónde se encuentran las tumbas de sus abuelos. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica no tardó en presentar un escrito ante la Fiscalía, pretendiendo que investigaran si estas declaraciones habían constituido un delito.
Pero, en esta ocasión, la Fiscalía ha considerado que esto no es un delito. Mientras que los chistes de Cassandra sí que lo fueron, las declaraciones de Rafael Hernando no lo han sido. Y eso que Hernando no es la primera vez que desata la polémica, puesto que ya en el año 2013 fue denunciado por señalar que "los familiares de las víctimas del franquismo se acuerdan de desenterrar a su padre solo cuando hay subvenciones". Esa afirmación no solo es ofensiva, sino que es hasta grotesca; hablar de la muerte de un familiar como una excusa para obtener dinero por parte del Estado.
Una vara de medir para cada ocasión
¿Cuál es la diferencia fundamental entre estos dos casos? Hay varias. La primera, y la que más debería tenerse en cuenta, es que en el caso de Cassandra ella estaba hablando en tono de humor, mientras que Hernando lo decía totalmente en serio. Ni una chispa de humor en su discurso. Él realmente defiende lo que dijo, mientras que ella ha tenido que explicar en varias ocasiones que no era más que una broma y que no quería ofender a nadie con sus palabras.
La segunda diferencia es que mientras que Hernando es una persona pública, con poder y voz, Cassandra no era más que una tuitera anónima; ahora mismo, tras haberse hecho conocida por la polémica, continúa teniendo solo ocho mil seguidores. Ha sido la polémica la que le ha dado voz, y no al contrario.
Pero la tercera diferencia, y quizás una de las más importantes, es que la Justicia ataca de forma mucho más tajante a aquellos que tocan cualquier tema relacionado con ETA y su terrorismo que aquellos que bromean con el franquismo. Si Hernando hubiera dicho lo mismo que dijo sobre las víctimas de ETA, probablemente otro gallo hubiera cantado. Seguramente Hernando estaría ahora en la misma situación en la que se encuentra Cassandra.
Por suerte, muchos han salido en defensa de la tuitera. Además, la Fiscalía ha rebajado la petición de su pena a un año, con lo cual Cassandra no tendría por qué ir a la cárcel pese a salir culpable; eso sí, la inhabilitación sigue tal y como en un principio. Queda por ver cómo termina todo este asunto, pero si hay algo claro es que dos noticias juntas se entienden mejor.