Dos policías opositores venezolanos han secuestrado un helicóptero durante la jornada de este miércoles 28 de junio para atacar con granadas y varios disparos el Tribunal Supremo de Justicia venezolano, centro de las protestas opositoras.
El grupo, dirigido por el comisario Óscar Pérez, ha secuestrado la aeronave con el fin de sobrevolar toda la capital, Caracas y lanzar desde el aire un total de dos granadas y varios disparos de bala. El Gobierno se ha visto obligado a militarizar las calles y las sospechas de Golpe de Estado se han replicado durante horas.
Sin embargo, la experta militar y directora de la ONG Control Ciudadano para la Seguridad y las Fuerzas Armadas, Rocío San Miguel, ha querido desmentir esta posibilidad de manera tajante: "Es falso que esté ocurriendo un alzamiento militar en Venezuela".
Óscar Pérez ya ha llamado al levantamiento contra el Gobierno de Maduro en un vídeo publicado en redes sociales. También ha justificado el acto: "Somos una coalición entre militares, policías y civiles en búsqueda del equilibrio y en contra de este Gobierno transitorio criminal, no pertenecemos a tendencia política o partidista. Somos nacionalistas, patriotas e institucionalistas".
Pérez, que forma parte de las Fuerzas de Seguridad venezolanas, ha mantenido en el pasado una prolífica carrera como actor, un hecho que también ha contribuido a mejorar su carisma entre la población y que podría postularle en un futuro como líder de una posible revuelta contra Maduro.
Los comentarios sobre un posible Golpe de Estado son cada vez más frecuentes, en medio de la oleada de tensión, aunque por el momento no se espera que la situación llegue a tal; y se cree que el cambio definitivo se producirá durante la próxima cita electoral, en el caso de que los venezolanos lo consideren imprescindible.
Escalada de tensión
El presidente Nicolás Maduro ya ha calificado todos los hechos como una muestra de la "escalada armada" que ha venido anunciando, un aumento de los conflictos que se está cobrando muchas vidas.
En este incidente, afortunadamente, no se registraron muertos, aunque por poco: los periodistas, diputados y trabajadores tuvieron que refugiarse en el interior del edificio ante la inacción de la Guardia Nacional, encargada de proteger el edificio y que permitió que los opositores camparan a sus anchas.
Sin embargo, el suceso supone toda una declaración de intenciones, en medio del aumento progresivo de la tensión en las calles, con una oposición que tensa las protestas y un Gobierno que vive sus horas más bajas después de anular los poderes del Congreso (controlado por la oposición) en un movimiento calificado como 'autogolpe'.
Y es que uno de los mayores problemas que actualmente se vive en Venezuela es el del reparto de alimentos, con un racionamiento impuesto que no deja libertad para comprar la cantidad de alimentos suficiente, ni siquiera permite comprar en los establecimientos deseados.
A todo ello, se suma la imposibilidad de acceder a las divisas internacionales sin el apoyo del Gobierno, que debe de expedir un certificado personalizado para permitir ese cambio. La moneda nacional se está devaluando progresivamente, y muchos ciudadanos temen que sus ahorros queden en papel mojado. Este gesto, además, está dificultando que muchos nacionales puedan abandonar el país en búsqueda de una vida mejor.