La cerveza es una de esas cosas que nunca pasará de moda pase lo que pase. Al menos así ha sido durante décadas, siglos e incluso milenos. Desde los primeros conocimientos que se tienen de su aparición, allá por el siglo IV a.C., la bebida ha ido evolucionando. Desde un preparado más denso hasta llegar a una de las primeras bebidas alcohólicas que luchan por una igualdad efectiva entre mujeres y hombres.
En esta ocasión, el "invento" proviene de dos mujeres vascas. Las impulsoras de esta birra artesana han desafiado a todas las leyes de la naturaleza e incluso se han atrevido a levantarse -simbólicalemente hablando- en armas para declarar la "guerra" a las grandes multinacionales productoras de esta bebida amarga. Su objetivo: favorecer la lucha feminista con la creación de la primera cerveza feminista en España.
Gastheiz, la cerveza espumosa
Esta bebida artesanal producida en un reducido ámbito local del País Vasco es pionera en muchos sentidos. Sus progenitoras son Ainhoa Ocio, ingeniera química, y Jone Conde, publicista. La página web en la que se distribuye a nivel nacional, lo deja claro nada más acceder a ella:"No es una cerveza de patata, es un homenaje".
Ambas han querido revertir el enfoque masculino que tradicionalmente predomina en el consumo de esta bebida alcohólica para dar un mayor protagonismo a las mujeres. El principal condimento de este revolucionador producto reside en su botellín: todo un canto a la lucha feminista y un desafío al machismo que ha imperado en la industria cervecera y publicitaria durante décadas, con unos anuncios que siempre han ido dirigidos a un público masculino. Aunque, en los últimos años, la tendencia ha ido cambiando por los evidentes intereses económicos que les reportan las mujeres a las grandes empresas de la industria.
El secreto está en la patata
Si nos adentramos en sus ingredientes, se trata de la primera birra que añade patata a su receta. La razón es bastante sencilla: el lugar de procedencia de sus inventoras, Vitoria-Gasteiz, la capital del País Vasco, es conocido por la fama que tienen sus habitantes como patateros y patateras andantes. "Buscamos patatas muy especiales. De entre las variedades más típicas de Álava, seleccionamos la Miren y la Mona Lisa por sus propiedades naturales y su alto contenido en almidón. Trabajamos siempre con patata recolectada antes de que madure totalmente (...) porque tiene menor contenido en azúcares y una piel muy fina y tierna", aseguran las estudiantes.
No es una cerveza de patata, es un homenaje
Para conseguir un sabor que la diferencie del resto de productos que ya se encuentran dominando el mercado, utilizan la fécula de la patata que se fermenta con los ingredientes. Cebada malteada y lúpulo típicos de la cerveza tradicional de la geografía vasca son los otros dos componentes que le dan un toque especial. El lúpulo amarga su aroma y la malta le otorga los almidones y las enzimas necesarias para que se lleve a cabo la producción de alcohol en la fase de fermentado.
Aunque pueda parecer una locura, esta idea está teniendo un gran éxito entre los establecimientos en los que se está vendiendo. Por ahora, solo en la mencionada localidad y, por supuesto, para los adictos a probar nuevos productos y vivir sensaciones distintas, a través de Internet.
Sin embargo, estas dos creadoras artesanales no se conforman con hacer llegar el producto a través de Internet. "Después de ver el éxito que estamos cosechando tanto en los locales como en ferias de cerveza por todo el País Vasco, ya nos sentimos con fuerzas para seguir probando en el resto de comunidades. ¡La cerveza feminista está siendo un éxito!" aclaman orgullosas Ainhoa y Jone.