La Secretaría de Seguridad Pública de Puebla, un Estado mexicano, ha denunciado el asesinato de dos presuntos criminales a manos de los habitantes de la comunidad. Al parecer, en torno a 150 personas se reunieron para linchar y quemar vivos a estos dos hombres; uno de ellos tenía 53 años, mientras que el otro tenía 22.
Los hombres habían sido acusados por haber secuestrado a niños, pero estaban aún a la espera de ser juzgados. Los propios vecinos de la comunidad los habían denunciado y entregado a las autoridades, esperando que se hicieran cargo de la situación. Pero, en apenas unas horas, el grupo de 150 ciudadanos fue a la prisión, los sacaron de la misma, "les ataron y les rociaron gasolina para luego prenderles fuego en la plaza de la localidad", ha señalado la Secretaría de Seguridad Pública.
El pueblo se ha tomado la justicia por su mano, pese a que no había pruebas que realmente señalaran que estos dos hombres habían hecho algo. "De manera preliminar, se descarta que los dos hombres hubieran participado en algún delito. Presuntamente, se dedicaban a labores del campo", han explicado desde la Secretaría. Es por eso que, en su comunicado, han lamentado la muerte de estos dos hombres. La propia gobernadora, Marhta Erika Alonso, ha querido hablar al respecto, señalando que "las autoridades municipales de Aclatán de Osorio están rebasadas para brindar seguridad. Condeno enérgicamente los linchamientos suscitados, es inadmisible hacer justicia por propia mano".
Las personas que se encontraban presentes durante el linchamiento decidieron grabarlo todo con sus móviles y subirlo a las redes sociales, convirtiéndolo en tendencia en México. La familia, por su parte, se ha mantenido al margen, ha exculpado a los acusados y han asegurado que únicamente se limitaban a ejercer labores en el campo. Tardaron un poco en llegar a la zona de los hechos, y lo único que pudieron hacer era contemplar lo que ya había sucedido.
No es la primera vez que sucede
Por desgracia, no es la primera vez que pasa algo así. En Ajalpan, en el año 2015, los habitantes del pueblo hicieron exactamente lo mismo con dos hombres. Los acusaron de ser secuestradores, los lincharon y los quemaron vivos; posteriormente se demostró que los hombres eran encuestadores que iban de casa en casa haciendo preguntas.