Constantemente escuchamos noticias sobre la homofobia que se vive en ciertos países de mayoría musulmana, donde la discriminación ejercida contra esta comunidad suele ser generalizada (en prácticamente todos los países se considera delito).
Sin embargo, hay que diferenciar ese aspecto respecto a la posición que muchas de las personas que profesanesta religión. Porque se puede ser gay y musulmán.
Jahed Choudhury y Sean Rogan son dos jóvenes británicos que han querido desafiar todas las normas y protagonizar la primera boda gay en Reino Unido en la que uno de los contrayentes profesa abiertamente la religión musulmana.
No pudieron casarse religiosamente (como sucede con la fe católica), pero en su boda no quisieron despojarse de los atuendos tradicionales de Bangladesh, de donde procede Jahed Choudhury, con el fin de no dejar de lado sus propios orígenes ni su identidad. La boda ha contado con muchos de los ritos tradicionales del país asiático.
Con todo ello, además, ambos tenían la intención de "demostrar al mundo que se puede ser gay y musulmán" sin ningún tipo de problema.
Una vida difícil
Sin embargo, llegar a este valiente paso no ha sido fácil, sobre todo para Jahed. Desde que supo que era gay, tanto su mezquita como su familia comenzaron a dejarle de lado e incluso él mismo terminó sintiéndose una especie de "oveja negra" por el simple hecho de sentirse atraído por las personas de su mismo sexo.
En el colegio, la situación no era especialmente distinta. Sus compañeros acostumbraban a llamarle cerdo o 'haram', que significa 'pecado' y que es uno de los insultos más duros de su propio idioma.
Por todo ello, llegó a sufrir una depresión muy fuerte que le llevó al psiquiatra y a terminar tomando medicación para poder soportar todo el sufrimiento que le estaba haciendo pasar todo su entorno.
La presión era muy fuerte, y por ello, Jahed encontró lo que calificó como "solución": peregrinar a Arabia Saudí (tierra especialmente importante para los musulmanes). Allí, intentó 'curarse' de su homosexualidad, tuvo novia e incluso se convirtió en un creyente radical. De nada sirvió: Jahed era quien era.
La situación se complicaba...
En todo ese halo de sufrimiento, Jahed llegó a pensar en suicidarse... hasta que encontró la salvación. Como en una película de Hollywood, un día en el que el joven estaba tendido en la calle, llorando, y con toda esperanza pedida, de repente encontró al que sería su futuro marido.
Por casualidad, Sean se cruzó en su vida y se sentó junto a él con la intención de consolarle y conseguir que desistiese de la idea de quitarse la vida. Y lo consiguió. Tanto, que ahora acaban de celebrar su boda.
"Estaba llorando en un banco y Sean se acercó y me preguntó si estaba bien. Me dio la esperanza en uno de mis puntos más bajos y él se mantuvo a mi lado todo el camino", ha reconocido Jahed.
Todo fue creciendo poco a poco, decidieron darse una oportunidad, se mudaron juntos... y el año pasado el propio Jahed terminó por pedirle matrimonio, a lo que Sean contestó rápidamente con un rotundo 'sí quiero'.
La boda, a la que no asistieron los familiares de Jahed (que siguen reclamando una 'cura' para él), fue el punto cumbre de una osadía que ha supuesto mucho sufrimiento en la vida de este joven bangladeshí.
"Quiero decir a todas las personas que están pasando por lo mismo que está bien. vamos a mostrar al mundo entero que puedes ser gay y musulmán", ha afirmado el joven de Bangladesh. Una historia para llevar a los cines.