Dos años de prisión. Esa ha sido la condena que ha dictado la Audiencia Nacional de Palma a una mujer por entrar en el Facebook de su pareja y capturar dos conversaciones íntimas de su pareja con otra persona. En ellas, se probaba una infidelidad, que decidió compartir a través de WhatsApp el pasado 2 de enero de 2016, tal y como aparece reflejado en la sentencia que ahora ve la luz.
La propia acusada había admitido la difusión de las capturas de las conversaciones durante su declaración el día del sumario. Sin embargo, el día del juicio negó los hechos, algo que no evitó su condena. Sus amigas también confirmaron en sede judicial haber recibido esas capturas.
La sentencia es firme. Tanto la mujer como la víctima decidieron recurrir la decisión del juez en un primer momento. La acusada solicitó su absolución porque consideraba que las pruebas contra ella no se habían obtenido de manera lícita: aseguró que su expareja había intervenido su móvil y que, precisamente, esto fue determinante para que él tuviera constancia de la difusión de los mensajes.
Por otro lado, la mujer reconoce las capturas (el día del juicio no admitió su difusión) y asegura que actuaba con la finalidad de exigir explicaciones a su pareja para valorar qué estaba sucediendo.
Sin embargo, el tribunal señala que él presentó como prueba un pantallazo de la conversación con la acusada, que la imagen que presentó no era la capturada por ella y que no hay pruebas sólidas de que su teléfono pudiese estar intervenido.
Orden de alejamiento de tres años
El juez también ha rechazado el recurso de la víctima, que pedía una pena de prisión de cuatro años, una indemnización de 12.000 euros por daños morales y una orden de alejamiento.
Finalmente, la Audiencia Provincial ratifica la condena de dos años de prisión por un delito de descubrimiento y revelación de secretos. Además, también tendrá prohibido acercarse a menos de cien metros de la víctima durante tres años o comunicarse por cualquier método.
